Beata Beatrix de Rossetti
Dante Gabriel Rossetti (1828 – 1882) fue el gran líder de la Hermandad Prerrafaelita que se fundó en 1848 por tres estudiantes de arte británicos: el propio Rossetti y sus colegas William Hunt y John Everett Millais. A todos ellos les unía el rechazo a las formas más académicas con las que estaban estudiando.
Ellos pensaban que el pintor italiano y renacentista Rafael ya había alcanzado con obras como La Escuela de Atenas o La Dama del unicornio la perfección más naturalista en la pintura, y por lo tanto todo lo que había llegado después de él era artificial.
Ellos buscaban la naturalidad, pero para ello se buscaron temas y modelos basados en el propio arte o en la literatura de la Edad Media.
Un ejemplo de ello es esta obra de Rossetti titulada Beata Beatrix, una obra en la que evoca al literato italiano Dante Alighieri y su gran amada Beatriz. Una musa a la que le dedicó varias obras, como por ejemplo El amor de Dante.
La inspiración literaria en Rossetti fue una constante, e incluso al comienzo de su producción realizaba lo que él mismo llamaba “obras dobles”, ya que las pinturas las solía acompañar de poemas explicativos de sus imágenes. Y por cierto esos poemas realmente tenían una destacada calidad.
Tanto en esa letra como en las escenas pintadas, el artista siempre transmite su hondo misticismo. Por ejemplo, aquí vemos a la citada Beatriz en el preciso instante en el que va a ascender al cielo. Aunque no hay que desvincular este cuadro de la propia biografía de Rossetti.
El lienzo fue pintado en 1862, y ese mismo año su esposa, llamada Elizabeth Siddal había muerto, seguramente tras un suicidio aunque nunca han estado claras las causas de su fallecimiento, si bien se sabe que lo que la mató fue una sobredosis de láudano, un derivado de la adormidera.
El caso es que Rossetti personifica a su esposa en la representación de la Beatriz de Dante. La mujer cierra los ojos, pero es así como contempla la muerte y también como su amado intenta llegar hasta ella desde el otro mundo.
Y también vemos un reloj de sol junto a ella. Un reloj que marca al mismo tiempo la hora en la tierra y en la eternidad.
En realidad, en la obra hay un sinfín de símbolos. Por ejemplo, se ve un pájaro “santo” (dado que lleva aureola. Esta ave se dirige al regazo de la mujer y en su pico lleva una flor de adormidera, aludiendo a la muerte de su amada.