Ecce Ancilla Domini Rossetti
La anunciación de Rossetti, también conocida como Ecce Ancilla Domini, es la profunda revisión de un tema bíblico que el artista prerrafaelista ha diseñado bajo los parámetros de una nueva estética. Pocas veces, un artista ha logrado representar con tal innovación un tema tan tradicional y repetitivo; a lo largo de la historia del arte se pueden estudiar cientos de obras que representan el momento de la Anunciación, sin embargo el artista inglés nos remite a formas tan innovadoras que el espectador se ve obligado a realizar un detenido estudio del lienzo para identificar su temática.
Dante Gabriel Rossetti (1828 – 1882) hijo de un italiano Rossetti se crió en una familia con un gran peso cultural, su padre era un gran erudito que inculcó en sus hijos el gusto por la literatura y sus hermanos fueron destacados poetas y críticos de la época. En un principio el artista pensó en estudiar poesía siguiendo los pasos de sus hermanos, pero finalmente se decantaría por la pintura pese a todo, en sus obras se hace patente un espíritu literario y una exquisitez casi poética. Junto con Millais o Hunt fue uno de los fundadores de la Hermandad Prerrafaelita, un conjunto de pintores que a lo largo del siglo XIX abogaban por la recuperación de las primeras formas clasicistas basándose en el gusto delicado y los colores brillantes de los artistas del Trecento italiano (Giotto, Masacio…) En realidad la famosa Hermandad apenas pervivió más de cincuenta años, sin embargo su influencia se dejó notar largo tiempo en la pintura inglesa de los siglos XIX y XX.
En 1849 el artista realiza un primer boceto d esta singular Anunciación y un año después, presenta el cuadro definitivo. La primera vez que el lienzo vio la luz fue en la exposición que ese mismo año se celebraba en la Institución Nacional de Bellas Artes; el lienzo fue duramente criticado y no se vendió hasta tres años después.
La escena de la Anunciación se ha representado en un espacio interior y no en un pórtico o jardín como marca la tradición. La Virgen María aparece representada como una joven delgada y de aspecto enfermizo que está literalmente aterrorizada ante la visita del arcángel Gabriel. Aparece ataviada con una túnica blanca que recuerda a una mortaja y trata de protegerse en la esquina de la pared. Por su parte el arcángel Gabriel ha sido representado de pies y en diagonal, dando la espalda al espectador. En sus manos porta un lirio, símbolo tradicional de pureza, cuya rama señala directamente hacia el sexo de la joven. Su túnica arde en llamas por la parte inferior pero éste apenas parece darse cuenta. Parece ser que Rossetti utilizaría a sus dos hermanos como modelos para esta representación.
La escena se completa con algunos elementos simbólicos como la paloma del Espíritu Santo o el jardín que se aprecia desde la ventana de la habitación y que haría referencia al Jardín del Edén. En la actualidad la obra se encuentra en la Tate Britain de Londres.