El amor de Dante, de Rossetti
Como muchas otras obras del movimiento prerrafelista, del cual Dante Gabriel Rossetti es uno de sus máximos exponentes con obras como esta o su Anunciación, también conocida como Ecce Ancilla Domini, aquí nos presenta un tema de inspiración literaria, y además inspirándose en una obra antigua, por supuesto anterior a Rafael Sanzio, ya que este grupo de artistas creía que debían remitirse a las obras anteriores previas a ese maestro del Renacimiento.
En este caso nos habla del gran escritor italiano del siglo XIII, Dante Alighieri. Y es que Rossetti sentía verdadero fervor hacia lo italiano. Algo sin duda heredado de su padre, que fue un erudito italiano que tuvo que trasladarse a Inglaterra, y precisamente fue en Londres donde nació su hijo, al que incluso bautizó con un nombre compuesto que incluía su homenaje al gran escritor italiano: Dante.
Aquí nos presenta a Beatriz, la amada del literato, y es una representación del Amor Puro. Para ello usa una composición a base de colores planos, con una figura central, y una marcada diagonal con los tonos y dibujos del fondo como si fuera telas estampadas. En realidad, esos estampados se realizan a partir de una especie de rayos en una mitad, y de estrellas en la otra ya que se relacionan con un tipo de tondos que aparecen en sendas esquinas, y que en realidad sirven para enmarcar las efigies de los símbolos del día y la noche.
De hecho, se puede decir que todo el cuadro es un símbolo, con una figura que es como un ángel. Algo que sin duda lo emparenta con los pintores simbolistas de finales del siglo XIX, aunque Rossetti pintó esta obra en 1860.
Esa cronología hace que el pintor también esté cercano a las formas del Romanticismo Victoriano, ya que aunque nos muestra una pintura en absoluto naturalista, al mismo tiempo está cargada de sensualidad, siguiendo los criterios de la moda de ese momento.
De esta forma, fusionando ese carácter antinaturalista, las influencias del arte del Trecento y la sensualidad de la época, el resultado es de una tremenda originalidad, incluso dentro de la Hermandad Prerafaelita que le vincula con otros pintores británicos como John Everett Millais o Edward Colley Burne Jones. Si bien, todos ellos tienen en común sus obras muy literarias y de un carácter eminentemente decorativo.