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Capillas Peruzzi y Bardi pintadas por Giotto

Publicado por A. Cerra

Conjunto pictórico de las Capillas Peruzzi y Bardi

Estos frescos pintados por Giotto en el interior de la iglesia de Santa Croce de Florencia, ya son una obra de plena madurez de este gran artista del Trecento. Y por lo tanto en sus pinturas de las Capillas Peruzzi y Bardi realizadas entre los años 1320 y 1325 se aprecian importantes diferencias respecto a obras anteriores.

Por ejemplo aquí ya ha abandonado los colores tan intensos que había usado en conjuntos pictóricos como el ciclo de la vida de San Francisco o en la Capilla de la Arena de Padua. En cambio, aquí opta por unas tonalidades diferentes con un mayor dominio de la gama de ocres.

Pero no solo se ven diferencias en el tratamiento del color, también otras características nos muestran la evolución que ha habido en el arte de Giotto. Por ejemplo, se puede ver que las arquitecturas que representan son bastante más ligeras, y sobre todo las integra mucho más en sus composiciones creando unos conjuntos visualmente más armónicos.

La verdad es que cuando Giotto realiza esta obra siendo ya un personaje de enorme prestigio y sobre todo muy rico, tanto que se embarca solo en los proyectos que le interesan, ampliando así mucho su campo de acción artística, con muchas incursiones en temas de ingeniería y de arquitectura, porque además de dirigir las obras del famoso Campanile de Florencia, también se dedica a diseñar fortalezas o amurallamientos. Una actitud que de alguna forma lo está convirtiendo en un modelo a seguir en los siglos posteriores por los grandes genios multidisciplinares del Renacimiento.

Escena de los frescos de la Capilla Peruzzi de Giotto

No obstante, aunque se vea su evolución, se sigue apreciando la enorme capacidad que Giotto tiene para pintar de una forma muy natural y realista. En este sentido es muy conocida una anécdota según la cual, cuando era aprendiz con el gran Cimabue, un día su maestro fue a apartar una mosca de una tabla pintada por su alumno, pero lo cierto es que ese insecto había sido pintado por Giotto.

Y a esa capacidad para el realismo, paulatinamente se fue sumando su tratamiento del volumen y el estudio de la perspectiva, todavía en ciernes respecto a lo que llegaría en las décadas siguientes. Pero esos primeros intentos son más que valorables ya que se puede analizar como usa la arquitecturas, la vegetación o los grupos de personajes para configurar elementos que en realidad le sirven para componer escenas o paisajes, ya que usa todo ello para organizar plásticamente el espacio tridimensional que quiere representar.