Caricia materna de Mary Cassat
En esta pintura que realizó la pintora impresionista Mary Cassat entre los años 1890 y 1891 se aprecian dos de las grandes influencias de esta artista estadounidense. Una es el influjo del incipiente arte fotográfico como también podemos ver en novedosos encuadres otras obras suyas como Mujer de negro en la ópera.
Y el segundo influjo, quizás mucho más poderoso es el de las estampas japonesas que desde mediados del siglo XIX fueron una fuente de inspiración para numerosos artistas. Artistas como Cassat quedaron maravillados por unas imágenes que rompían los convencionalismos en cuanto a la perspectiva occidental y además no se volcaban en exceso en todos y cada uno de los detalles individuales. Así que gracias a contemplar estas obras llegadas desde el Lejano Oriente tomó muchos conceptos compositivos a la hora de elegir ángulos insólitos y muy chocantes. Además de que le apasionó esa forma de pintar a base de formas aplanadas, con una idea muy decorativa de la imagen. Algo que sin duda podemos descubrir en esta obra de Caricia materna.
La influencia nipona es total, incluso llega a la técnica, ya que no estamos ante un cuadro al óleo, sino frente a un grabado realizado con la punta seca. Tan admirada le tenía este arte que en muchos de sus modelos, como en este caso, podemos ver que los personajes bien podrían ser de origen japonés, como manifiestan los ojos rasgados de la protagonista.
Posiblemente esa pasión por el arte japonés se deba a que su principal apoyo y amistad en Francia durante mucho tiempo: el pintor Edgard Degas, el más influido por las estampas orientales. De hecho, fue Degas quien la introdujo en la técnica del grabado, y también en la del pastel. Ambos visitaban juntos el Museo del Louvre y él le animó a pintar escenas teatrales o a realizar series de grabados. Mientras que ella, además de servirle de modelo en varias ocasiones, tras ganar las primeras cantidades de dinero por su arte, lo primero que hizo fue comprar alguna obra de Degas.
No obstante hubo un momento en que sus caminos artísticos se separaron, aunque entre ellos se mantuvo una relación de amistad y las visitas de uno a otro duraron toda la vida.
Sin duda, Mary Cassat es una de las grandes pintoras del Impresionismo, si bien su arte fue evolucionando paulatinamente y no dejó de experimentar, yendo desde las fórmulas más impresionistas hacia una pintura cada vez más sencilla. En esta línea podemos enmarcar este grabado de Caricia materna, un tema el de la maternidad que trató en numerosas ocasiones, tanto con esta técnica como en algunos cuadros.