Carteles de Trouville de Dufy
El pintor francés Raoul Dufy (1877 – 1953) es uno de los personajes más singulares dentro de las vanguardias históricas de comienzos del siglo XX. Su arte nunca perteneció por completo a ninguna de esas corrientes, y sin embargo esta obra titulada Carteles de Trouville se puede considerar como uno de los cuadros que mejor define el arte fauvista.
La obra la pintó en 1906 y hoy en día forma parte de la colección de arte contemporáneo del Museo Nacional de Arte Moderno o Centro Georges Pompidou de París.
Precisamente un año antes se había celebrado la más famosa de las exposiciones fauves que daría fama a ese grupo de pintores, entre los que se cuenta André Derain o Maurice Vlaminck. Como en ellos, el cuadro de Dufy viene marcado por el intenso colorido, con unos contornos muy claros de los diferentes elementos.
Sin embargo, Dufy mantiene en su obra una composición bastante estilizada, unida a una perspectiva muy rigurosa, y un dibujo claro, algo que le separa de los cánones que definen más a sus contemporáneos fauvistas. Todo ello es fruto de la observación directa de la realidad, y es que se sabe que se fue a Trouville con su amigo, el también pintor Albert Marquet, y allí ambos comenzaron a experimentar con la intensidad de los colores del Fauvismo.
Allí captaron su atención los carteles publicitarios, algo que sin duda tiene que atraer la mirada de la gente, ésa es su misión, y a veces lo consigue con ese colorido tan potente. Por cierto, de alguna manera con esta temática, Raoul Dufy se está anticipando varias décadas a uno de los temas predilectos del Pop Art: la publicidad.
Pero la experimentación de Dufy le lleva a usar una técnica de colorido semejante para el resto de elementos de la escena. Por ejemplo, en los edificios que se ven al fondo, y hacia los cuales nos lleva la perspectiva, la composición y la línea de anuncios, también emplea ese tipo de colores fuertes, y al mismo tiempo los define con una enorme sencillez.
Y en cuanto a los paseantes que circulan por esa calle, reduce a las personas en simplezas formas planas. Algo que será una constante en la producción pictórica de este artista.
En definitiva, como ya se ha dicho más arriba, Raoul Dufy es una personalidad más que interesante dentro del panorama artístico de la primera mitad del siglo XX. No perteneció a ninguna corriente artística, y bebió de todas ellas. Desde el Impresionismo de sus inicios hasta ciertas fases de clara influencia cubista. Pero siempre con un estilo muy personal, aplicado a sus cuadros y también a la decoración de telas, una disciplina a la que se dedicó intensamente durante un tiempo, llegando hasta a abandonar por ello la pintura.
Ha sido un pintor muy admirado. También ha sido muy copiado, algo que es muy difícil dado que su estilo es inimitable. Y a la vez, ha habido críticos e historiadores que lo han detestado, tildando sus obras de superficiales, ya que en sus cuadros no hay espacio para la fealdad ni la miseria.