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Cueva de los Letreros y el Indalo

Publicado por A. Cerra

Pinturas en Cueva de los Letreros

Las numerosas cuevas y abrigos en la roca que acogen las pinturas rupestres estilo levantino hechas a caballo de los periodos prehistóricos del Mesolítico y el Neolítico son un tipo de arte tremendamente interesante por sus características formales. Porque tienden a la esquematización, la geometría e incluso la abstracción de una manera sorprendente. Más aún en comparación con las más famosas pinturas de la Prehistoria de la época del Paleolítico como por ejemplo las Cuevas de Altamira, donde lo que prima es el realismo y las formas que pretenden imitar la naturaleza.

En cambio las pinturas de estilo levantino plasman un nivel de expresión mucho más avanzado, no solo capaz de observar y reproducir la naturaleza, también de sintetizar la realidad y aportarle una visión más intelectual. Al igual que ocurre en las primeras vanguardias artísticas del siglo XX, los pintores del Mesolítico dieron un salto de gigante a la hora de expresar las visiones de su tiempo. Por eso no ha de extrañar todo este conjunto de pinturas englobadas dentro del arte rupestre del Arco Mediterráneo de la península Ibérica estén catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Son pinturas repartidas por infinidad de abrigos, covachos y cuevas de toda la parte oriental de España, incluso alejadas cientos de kilómetros de ese mar Mediterráneo al que alude su denominación. Son muchísimas, sin embargo pocas de esas pinturas han alcanzado el renombre y la fama de las halladas en la Cueva de los Letreros ubicada en el área serrana de la provincia andaluza de Almería.

Esas pinturas fueron descubiertas en el año 1868 gracias al arqueólogo local Manuel de Góngora. Un personaje académico de gran relieve que fue miembro de instituciones arqueológicas de renombre en Madrid, en Berlín, París o Roma. No obstante, su gran descubrimiento lo halló en su tierra con el conjunto de pinturas de la Cueva de los Letreros.

Indalo

En esas paredes se conserva un buen conjunto de figuras representativas del arte levantino. Unas pinturas que se estima que se realizarían hacia el año 5.000 antes de Cristo. Son figuras esquemáticas humanas en actitudes de caza. Y de entre todas ellas hay una que llama poderosamente la atención. Es el conocido como Indalo. Sería un hombre que porta el arco sobre su cabeza en un perfecto semicírculo que se prolonga con los dos brazos abiertos y en horizontal. La máxima expresión de síntesis que captó desde el inicio la atención de los estudiosos y también de los que no lo son tanto. De hecho, el Indalo a día de hoy se ha convertido en el gran símbolo de Almería y se le atribuye un poder benefactor especial, por eso que esté en muchos hogares o vehículos para proteger a sus propietarios. O cualquiera que visite a un almeriense, seguramente recibirá de regalo la figurita de un indalo para que le dé buena suerte.