Díptico Juicio Final y Crucifixión, Van Eyck (I parte)
La devoción cristiana adquirió en los últimos años del gótico y sobre todo en la época renacentista un carácter privado, de esta manera se puede explicar la aparición de múltiples obras religiosas de pequeño formato que se utilizaban para la devoción privada de grandes nobles y señores. Este es el caso de la obra que aquí comentamos, un pequeño díptico pintado por el artista flamenco Jan Van Eyck en el que se recrean dos escenas devocionales, La Crucifixión de Jesucristo y El Juicio Final.
Jan Van Eyck (1390 -1441) es una de las figuras artísticas más destacadas del Norte de Europa, su estilo es único y particular, con un gran detallismo y una asombrosa capacidad para el dibujo el artista cosechó numerosos éxitos y ha constituido uno de los pilares fundamentales de la conocida escuela de los Primitivos Flamencos. No son muchos los datos que se conocen acerca de este artista e incluso a día de hoy se sigue discutiendo sobre su fecha de nacimiento, pese a todo parece ser que el artista pudo provenir de una conocida familia de artista (el también artista Hubert Van Eyck está considerado como su hermano) y que su formación artística debió comenzar en el campo de la miniatura y no de la pintura, este hecho podría explicar el gusto que presenta el artista por el detallismo y la representación minuciosa de la realidad.
El díptico que aquí analizamos se ha datado en la década de los treinta aunque hay expertos que anticipan su fecha de ejecución hasta los primeros años de la década de los veinte. Sea como fuere lo que sí parece cierto es que sus escasas proporciones nos hablan de una obra destinada al uso personal del cliente – cuenta con poco más de medio metro de altura y apenas llega a los veinte centímetros de anchura-. Son muchas las incógnitas que esta obra plantea para los expertos del arte, algunos historiadores hablan de la posibilidad de que las tablas formasen parte de un conjunto mayor, un tríptico o incluso un políptico, hoy ya perdido.
Por otro lado la autoría de la obra también ha sido una cuestión de arduo debate, por un lado algunos críticos consideran que en la obra e puede apreciar la mano de varios artistas diferentes, unos consideran que el grueso de la pintura se debe a Hubert, el supuesto hermano de Van Eyck, mientras otros parecen aceptar la idea de que el díptico fuese obra de Jan y su taller. Sea como fuere lo cierto es que a día de hoy la mano de Jan Van Eyck parece asegurada en las dos tablas, más si cabe al comparar las semejanzas de obra con la famosa miniatura del manuscrito de las Horas de Turín obra del desconocido autor Mano G y que hoy los especialistas atribuyen al pintor flamenco.
Con todo en la tabla del Juicio Final la mano de un artista menos experto parece estar asegurada, el dibujo es más impreciso e inseguro y según recientes hipótesis se trataría de un seguidor de Van Eyck al dejar éste la obra inacabada.