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El columpio, Fragonard

Publicado por Laura Prieto Fernández

El columpio, también conocido como Los felices azares del columpio, es una obra de estilo rococó realizada en óleo sobre lienzo por el artista francés Jean Honoré Fragonard (1732-1806). La formación de Fragonard comienza como discípulo de Chardin y Boucher, de ellos adquiere el luminismo y como discípulo de Boucher llegó a realizar una gran cantidad de copias de su obra. Más adelante su viaje a Italia le permite conocer la obra de Tiépolo de la que queda prendado, allí también pudo inspirarse en las fuentes, jardines y villas renacentistas para recrear los ambientes de sus cuadros.

columpio

La obra de El columpio fue realizada como fruto del encargo de un poderoso barón en 1776. Parece ser que en un principio la obra fue encargada por el mismísimo pintor Fraçois Boucher pero éste se negó a aceptarlo por su atrevimiento.

Se trata de una escena galante que representa las diversiones de la época, representando a la perfección la vida de la nobleza francesa que residía en la corte del monarca Luis XVI. La sensualidad que desprende la obra es innegable: ambientado en un frondoso bosque, una bella dama aparece columpiándose con una actitud muy sensual –su falda se levanta y nos permite ver sus medias e incluso el liguero- mientras con una pícara sonrisa, lanza su zapato al aire. En la esquina inferior derecha y oculto tras las sombras de la arboleda aparece un noble mucho mayor que la joven que la empuja en el columpio. El hombre se ha identificado con el marido de la bella dama. Mientras en la esquina izquierda, bajo una estatua de cupido y de manera mucho más visible para el espectador, un joven noble aparece recostado aceptando el juego de la dama; éste se ha identificado como el barón Saint Julien y se lleva la mano a los labios en señal de silencio y simbolizando su amor secreto. Su situación le permite ver perfectamente bajo la falda de la joven induciendo al vouyerismo y remarcando la sensualidad.

Fragonard pone de manifiesto el espíritu rococó y de la alta sociedad del siglo XVIII, no debemos olvidar que durante esta época era muy común los matrimonios por conveniencia, el adulterio, la sensualidad…

El artista establece una composición piramidal entre los tres personajes, la dama es el centro de la misma ya que su cabeza aparece como el vértice superior del mismo. Además es a ella a quien se dirigen todas las miradas y la luz filtrada a través de la espesa vegetación del bosque la ilumina a la perfección.

La pincelada tiene una gran fuerza, parece espontanea y está fuertemente cargada de empaste pero en realidad se hace precisa en multitud de detalles. Los colores son suaves y alegres con predominio de los tonos pastel típicos de la pintura rococó, especial mención atención se presta a los tonos verdosos y amarillentos de la flora que contrastan con el rosa del vestido que lleva la joven.

El dinamismo viene marcado por el balanceo del columpio que está captado en un instante como si de una fotografía se tratara, y al instante siguiente volviera hacia atrás con su marido.

Actualmente la obra de Fragonard se conserva en la colección Wallace de Londres.