El ensayo de Degas
En esta tela pintada al óleo en el año 1877 el pintor francés Edgard Degas vuelve de nuevo a una de sus temáticas favoritas: el ballet, y no se centra en las grandes actuaciones en los teatros, sino en los momentos de esfuerzo y sacrificio que no ve el gran público, en los ensayos. Como se puede ver en otras obras suyas como Bailarinas de ballet o La clase de danza.
De hecho, se puede decir que la formación y los ensayos en las escuelas de danza le fascinaban más que los espectáculos en sí. Ya que es en estos momentos cuando más naturalidad ahí y le permiten captar expresiones, gestos y movimientos únicos y de lo más particular. Además de que en esos ensayos es cuando se repiten infinidad de veces los pasos y movimientos, de forma que el artista los puede ver y pintar con innumerables variaciones.
Por otra parte, también a Degas estas pinturas le sirven para hacer sus propios ensayos y experimentos. Como por ejemplo en esta tela que posee la Art Gallery and Museum de Glasgow en Escocia, ya que en esta tela crea una composición de lo más novedosa.
Huye de un encuadre tradicional y con esa construcción de la imagen ayuda a generar una perspectiva que va a la caza del movimiento y la vibración de la luz. A la izquierda coloca una escalera caracol que abre el espacio de la sala y al mismo tiempo lanza una diagonal cortando las líneas del suelo y que llega hacia el grupo de bailarinas que están en primer plano.
Este grupo de bailarinas ocupando la parte derecha y el primer plano están en reposo, mientras que hay un segundo grupo más al fondo y el centro, las cuales sin están en movimiento, bailando.
Sin duda es un encuadre de lo más cinematográfico, como también lo es donde pone los puntos de interés el pintor. Por ejemplo, los pasos de danza quedan en un segundo plano, mientras que cobra mucha más importancia el detalle de la vaporosidad del tutú de las bailarinas, y sobre todo como uno de ellos está siendo cosido y zurcido.
Esa diferenciación de reposo contra movimiento no solo se manifiesta en la ubicación dentro de la tela, también se plasma por los colores elegido, porque las chicas que bailan van preferentemente de blanco con detalles en rosa y amarillo, pero las muchachas del primer plano están pintadas en tonos azules y naranjas.
En definitiva, esta tela es una obra maestra de como armonizar y contrastar al mismo tiempo elementos como lo móvil y lo inmóvil, los colores y las diferentes luces que vibran en cada parte del cuadro.