El fusilamiento del emperador Maximiliano de Manet
Esta obra la realizó el artista francés Edouard Manet en el año 1867, un autor tremendamente influyente en los artistas del Impresionismo, del cual él también participó, si bien siempre de un modo muy personal que le hacía diferenciarse del resto.
Por ejemplo, un factor diferenciador es que a Manet no solo le gustaba pintar la vida moderna de la ciudades francesas. Iba más allá y en más de una ocasión quiso pintar episodios importantes de su época. Y una muestra de ello es esta tela que representa la ejecución del Archiduque Maximiliano de Habsburgo tras ser nombrado por Napoleón III como emperador de México. Una historia en la que se mezcla la política colonial europea con el surgimiento de las nuevas naciones americanas.
El hecho en sí ocurrió en 1864, y por supuesto Manet no estuvo presente en aquel acontecimiento. Así que se inventó como pudo ocurrir, y para ello se basó principalmente en una obra precedente: Los Fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya, ya que admiraba profundamente la obra del artista español.
Por ejemplo, a la inspiración goyesca se debe la disposición del pelotón de fusilamiento, o la tapia en tono uniforme y neutro del fondo o las cabezas que se asoman para ver la ejecución. Por cierto, es de admirar el cuidado dibujo del primer plano con el abocetamiento de todas esas cabezas que se ven en los planos más lejanos.
No obstante, también hay rasgos muy propios de su época. Por ejemplo, el color general del cuadro está claramente emparentado con otra obra suya: El pífano del regimiento. Mientras que el detalle del humo que sale de los fusiles se ha pintado con una técnica impensable antes del surgimiento del arte impresionista.
El cuadro es de enorme calidad, pero eso no le supuso ningún éxito a Manet. De hecho, fue un escándalo y no pudo exponerlo públicamente hasta el año 1879. Algo que lógicamente no tiene nada que ver con su calidad, y sin con su contenido político.
El hecho de que Napoleón III primero colocará en el trono mexicano a Maximiliano, lo cual era claramente una operación para disponer allí de un reyezuelo al servicio de Francia. Pero cuando el nacionalismo de Benito Juárez y otros rebeldes lo acosaron, el emperador francés le acabó retirando el apoyo y el ejército, abandonándolo a su suerte. Hasta que finalmente fue ejecutado en la ciudad de Queretaro.
Aquello en Francia no fue bien visto por los republicanos, y este cuadro de Manet, de ideología republicana, era un gran crítica a la política imperialista de su país, ya que ese rey títere es fusilado por militares que visten el uniforme francés, no el mexicano. Por esa razón, no se le permitió exponer la obra hasta varios años después y cuando muchos de los que se podían dar por aludidos ya no estaban en las esferas de poder.