El puerto de Burdeos de Manet
Se trata de una tela pintada al óleo por el artista francés Edouard Manet en el año 1871. En la actualidad esta obra está en manos de un coleccionista particular.
Para comprender como un artista tan parisino como Edouard Manet pintó este cuadro que nos presenta una escena en el puerto de Burdeos, al sur de Francia, hay que saber algo del momento histórico en el que la realizó el artista.
En el año 1870, Francia gobernada por Napoleón III había declarado la guerra a otra de las grandes potencias europeas, Prusia, antecedente territorial de la actual Alemania. Aquel conflicto no fue precisamente un éxito en el campo de batalla para el ejército galo. De hecho, tras varias derrotas, las tropas prusianas llegaron a asediar la capital francesa, París.
Fue precisamente cuando Manet consiguió evacuar a toda su familia de París, aunque él decidió quedarse en la ciudad y participar en su defensa como oficial perteneciente a la Guardia Nacional. No obstante, el acoso prusiano fue invencible y finalmente acabando el mes de enero de 1871 París capituló. Lo cual provocó que en el mes de febrero Manet abandonara la capital y se fuera hacia el sur para reunirse con su familia en la zona de Arcachon, situada muy cercana a Burdeos en la costa del océano Atlántico.
Es justo en ese tiempo cuando realizó este cuadro que nos muestra el puerto de Burdeos, pintado desde un café situado en el actual Quai Chartrons, en la orilla derecha del río Garona. Porque Burdeos posee un importante puerto para embarcaciones, pero es un puerto de carácter fluvial situado en la desembocadura del Garona en las aguas del Atlántico. Un puerto que tradicionalmente ha servido como vía de salida para los afamados vinos de Burdeos, algo que queda claro en el cuadro de Manet, ya que se puede ver en primer plano y en la zona baja del cuadro como los estibadores están cargando un buque con enormes toneles de vino.
Pictóricamente es una obra muy interesante de Manet, ya que quizás sea uno de sus cuadros más impresionistas, especialmente por la pincelada extraordinariamente suelta que aplicó a la tela, casi una pincelada más propia de los bocetos, lo que no impide que todo sea reconocible y muy dinámico, sobre todo en la zona en la que se descubre un verdadero mar de mástiles.
Y es que como ya hemos dicho esta imagen es muy impresionista, y eso que Manet nunca quiso adscribirse a este movimiento artístico que representaban artistas como Renoir, Monet o Pisarro. Y sin embargo, fue para todos ellos una gran influencia y todo un referente. Aunque lo cierto es que Manet en realidad lo que siempre quiso fue llegar a triunfar en los salones oficiales de arte. Algo comprensible si se tiene en cuenta que este artista procedía de una familia de clase más bien alta y que gran parte de su vida se comportó como un verdadero dandy.