Vista del Támesis y el Parlamento de Monet
Esta obra realizada sobre lienzo y con la técnica del óleo fue pintada por Claude Monet en el año 1871, y en la actualidad se conserva y expone en la National Gallery de Londres.
Por la fecha de su realización, se trata de una obra previa a la irrupción y bautizo del movimiento impresionista, algo que se produjo en 1874 a partir de la exposición de otro cuadro de Monet en el llamado Salón de los Rechazados. Aquel cuadro que sirvió para dar nombre a uno de los estilos artísticos más valorados de la historia fue Impresión. Amanecer.
El caso es que antes de aquello, Monet había huido de Francia para impedir que fuera reclutado como soldado destinado a luchar en la Guerra Franco-Prusiana desarrollada entre los años 1870 y 1871.
De esta forma, Claude Monet se instaló en Londres, donde coincidió con otros dos pintores franceses: Pisarro y Boudin. Primero se instalaron en el centro de la capital británica, concretamente en el entorno de la plaza de Picadilly Circus, y más tarde se trasladaron hasta el barrio de Kensington. Y durante todo aquel tiempo que residió en Londres, Monet, como máximo exponente de la pintura al aire libre, salió en innumerables ocasiones a las orillas del río Támesis para pintarlas y sobre todo captar los efectos brumosos del clima londinense.
Y precisamente esas típicas nieblas del clima inglés son las protagonistas de este cuadro, donde también se descubren las aguas del río, la torre del Parlamento, el puente de Westminster, el Big Ben y las barcazas que navegaban por el Támesis.
Las brumas y la atmósfera cargada que envuelve toda la vista sin duda alguna recuerdan a los cuadros de dos grandes pintores ingleses, anteriores a la época de Monet: William Turner y John Constable. Dos artistas que interesaron enormemente a Claude Monet, el cual durante su estancia en Londres aprovecho para estudiarlos con detenimiento, y curiosamente hoy en día cuadros de los tres pintores comparten salas en la mencionada National Gallery.
Además durante el tiempo que residió en Londres también estableció un contacto sumamente importante para su posterior trayectoria artística, porque aquí conoció al marchante Durand-Ruel, el cual fue un importante apoyo anímico y económico en los años posteriores.
Y es que este marchante ya vio la maestría de la pintura de Monet y hacia donde quería llevar su arte. Porque en obras como ésta, ya se aprecia la típica pincelada rápida, corta y empastada que caracteriza la producción de Monet. Una pincelada que le sirvió para lograr su objetivo último como pintor, que no era otro que captar ese momento fugaz de cada lugar, y hacerlo a través del color, un color que es la luz del cuadro. Es decir, en esta obra Monet ya está apelando al mismo tiempo a la experiencia sensorial y racional del espectador. Porque quién mira el cuadro es quién ha de encargarse de recomponer, interpretar y sentir la imagen que propone el artista.
En definitiva, esta temporada en Londres fue muy importante para Monet, tanto es así que unas décadas después volvería a la capital del Reino Unido y volvería a pintar los mismo paisajes del río Támesis.