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Camille Monet en la ventana de Monet

Publicado por A. Cerra

Camille Monet en la ventana de Monet

Camille, la esposa de Claude Monet le sirvió de modelo y de inspiración en más de una ocasión. Por ejemplo para obras como Mujeres en el jardín. E incluso también posó para un buen amigo de la familia, Renoir, quien la retrató en Madame Monet leyendo.

Y también es la protagonista de esta tela realizada en el año 1873 en la casa familiar de Argenteuil. En ese lugar pintó infinidad de cuadros Monet, muchos en los campos de regatas o por la naturaleza. El artista salía a pasear e iba plantando el caballete para retratar esas “impresiones” que le provocaba el paisaje. Algo que también hacía en su casa y en su jardín. Y esta tela es un buen ejemplo.

Vería a su esposa saliendo a la ventana, enmarcada por la arquitectura y las flores de la vivienda, y perfectamente iluminada por la luz del sol. Así que le haría posar para dejar registrada esa visión, o sea, su impresión del momento.

La cual además en este caso aporta una sensación de alegría, incluso de felicidad, gracias a la iluminación y los vistosos colores de la tela. Ella viste un traje malva, con el cuello blanco y un sombrero de tonos ocres, el cual va adornado por una flor. Y como se trata de plasmar esa visión, la pinta con unas pinceladas superrápidas, lo cual le da más brillo y todavía la hace destacar más sobre el fondo oscuro de la habitación interior.

Los enormes postigos de la ventana de madera la enmarcan, pero también los setos y las macetas que hay en la parte de abajo, algunas de cuyas plantas parecen trepar por la fachada. En estas plantas y flores hay un buen muestrario de los colores que usaba Monet. Casi todos porque están los tres primarios (rojo, amarillo y azul) pero también hay blancos, rosas, azul celeste y numerosos tonos verdes.

Sin duda el conjunto transporta a un momento de frescura, de alegría, de esplendor, lo cual lo podemos relacionar con lo que en ese momento sintió Claude al ver a su querida Camille en la ventana. Aunque tal vez sencillamente fue lo que vieron los ojos de Monet y lo trasladaron a uno sus cuadros impresionistas.

Y si bien esto último se adapta más a su teoría artística, lo cierto es que casi siempre que pintó a su esposa lo hizo con un tono de dulzura y de amor que nos da una idea sobre la relación personal que tuvieron el matrimonio.