El banco de Monet
En este cuadro de 1879 que posee el Metropolitan Museum de Nueva York vemos un jardín, dos mujeres y un hombre. La primera mujer está sentada en un banco y nos mira. Es una mujer reconocible. Es Camille, la esposa del pintor Claude Monet, a la cual pintó en numerosas ocasiones como En la ventana. Hasta la pintura también algunos de sus amigos artistas, como Renoir.
De hecho, ella fue siempre la modelo predilecta de su esposo. Y lo hacía ya con total naturalidad, ya que se inclina ligeramente para no apoyarse en el banco y nos lanza una mirada a nosotros, los espectadores, o a su marido que la estaba pintando. Aunque la mirada de sus ojos oscuros es muy triste.
Al lado, y sin tocar hay un ramo de flores. Tal vez se lo haya regalado el caballero vestido elegantemente de negro y con sombrero de copa que aparece reclinado a su espalda, y apoyado en el respaldo del banco. También ese hombre está con gesto algo compungido.
El hecho es que si nos fijamos en la mano enguantada de Camille se puede apreciar que lleva un papel blanco, una carta. Eso y cierta atmósfera de tristeza parecen esconder un misterio en la escena. Por eso los historiadores han comparado fechas del cuadro y de la biografía de los personajes para llegar a la conclusión de que esa carta traía malas noticias. Muy posiblemente, el fallecimiento del padre de la mujer.
Lo cierto es que no se saben a ciencia cierta las fechas en qué pintó esta escena Monet, pero todo parece cuadrar. Y la verdad es que es mucho menos posible cualquier otra interpretación, como una relación amorosa y despechada entre ella y el hombre a sus espaldas. No sería probable que Monet hubiera planteado esa idea.
El hecho es que fueron unos años de enorme felicidad en Argenteuil, una población a orillas del río Sena que pintó en numerosas ocasiones como se puede ver en cuadros como Otoño en Argenteuil. Estaba tan fascinado con ese entorno que incluso invitó en numerosas ocasiones a sus amigos para que acudieron y realizaran aquí sus obras al aire libre. Algo que hicieron pintores como Pierre Auguste Renoir, Gustave Caillebotte o Edouard Manet, quien llegó a retratar al propio Monet pintando en una barca junto a su esposa.
Y también ese mismo jardín fue pintado en numerosas ocasiones, casi siempre en escenas de tono bucólico, campestre y feliz. Sin embargo, este cuadro posee esa aura inquietante que solo se puede explicar por el detalle de esa pincelada blanca que representa una carta que porta malas noticias para la familia.