Impresión amanecer, Monet
Realizado por Claude Monet (1840- 1926) en 1872, el pintor francés expuso por primera vez este cuadro en el Primer Salón Independiente o Salón de los Rechazados, celebrado en 1874. Este Salón se celebraba en contraposición al famoso Salón de París que contaba con un estilo más clasicista guiado por las enseñanzas de la Academia de Bellas Artes de la ciudad. A raíz del escándalo que supuso la presentación de la obra de Manet Desayuno en la hierba en el salón oficial, se comenzó a celebrar este nuevo salón donde tenían cabida las obras y tendencias más modernas e innovadoras. El crítico francés Louis Leroy calificó satíricamente al grupo de artistas que participaron en ese salón como Impresionistas debido al nombre que Monet utilizó para esta pintura: Impresión amanecer. A partir de este momento los propios artistas tomaron el nombre de impresionistas para designar su “movimiento” y el nuevo tipo de pintura que profesaban.
Monet representa en este cuadro el muelle de Le Havre durante las primeras horas del día, en primer plano aparecen dos pequeñas embarcaciones mientras que en el fondo se aprecian las siluetas de los barcos más grandes atracados en el muelle. Las pequeñas embarcaciones que están en primer plano parecen avanzar hacia el espectador como si fueran a salir por la esquina inferior del cuadro, ajenos a nuestra atenta mirada. En ellas podemos diferenciar algunas siluetas humanas realizadas tan solo con manchas de color.
El sol, de un naranja intenso, resalta sobre el cielo que en la parte inferior ya muestra tonos azulados mientras en la superior se mantienen anaranjados. El reflejo del sol en el mar se alarga hasta el espectador a base de manchas naranjas guiando nuestra mirada hacia el fondo y actuando como punto de fuga. La neblina y el humo de los barcos desdibujan los contornos y se apoderan del cielo en una atmósfera cargada de humedad, lo que nos muestra influencias del pintor romántico William Turner autor de Lluvia, Vapor y Velocidad.
La horizontalidad domina casi completamente la composición, tan sólo parece quebrarse en los mástiles de las embarcaciones más grandes que aparecen desdibujadas al fondo. La línea que separa el mar del océano está oculta tras el humo de los barcos y la neblina del ambiente configurando los dos espacios como si fueran tan solo uno.
Realizado a base de rápidas pinceladas y con una gran carga de pintura Monet relega el dibujo en pro del color; inigualable de esta técnica su pintura se basa en la yuxtaposición de colores que se recomponen y mezclan en ojo del espectador dando paso a un nuevo espectro cromático.
El cuadro es una pintura realizada plain air, es decir al aire libre, siguiendo el gusto de los impresionistas por liberarse del estudio o taller y salir al campo, la ciudad, las fiestas… pintando al aire libre.
La luz y el ambiente son sin duda los grandes protagonistas de esta obra, Monet llegó a apreciar la sensación atmosférica de tal manera que, en la mayoría de sus paisajes ésta era la protagonista principal quedando el tema relegado a un segundo plano; así en sus series sobre La Catedral de Rouen o Los Nenúfares el tema del cuadro es baladí y los que realmente le fascina al pintor son las modificaciones atmosféricas y lumínicas.
Monet influirá decisivamente no sólo en los artistas postimpresionistas como Van Gogh, Gauguin o Cezanne, sino que su influencia se extiende hasta las vanguardias artísticas en autores como Rothko, Kandinsky o Pollock.