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«El Guernica» de Picasso (I)

Publicado por Chus

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En el año 1937 se abrió en la ciudad de París una Exposición Internacional dedicada al Trabajo, al Progreso y a la Paz, en un contexto histórico en el que la situación política europea se encontraba en un momento de ruptura y crisis. Las democracias europeas asistían inertes tanto al rearme alemán de la mano de Hitler, como al golpe de fuerza italiano de Mussolini en Etiopía y, sobre todo a la tragedia de la guerra civil española (1936-1939), que enfrentaba a varias maneras diversas de concebir la vida política, económica y social. El gobierno democrático de la II República española, le encargó a Picasso la realización de un gran mural para el pabellón español de dicha exposición, ya que una de las intenciones de la participación, era llamar la atención a la opinión pública sobre la guerra española, como inicio de una destrucción masiva de orden internacional.

El día 28 de abril de ese mismo año, un hecho puntual de la guerra, conmovió a todo el mundo y fue un duro golpe para el artista (por su faceta tanto de pacifista, como de español), el bombardeo de la pequeña ciudad vasca de Guernica por parte de la Legión Cóndor perteneciente a la aviación alemana, que estaba ayudando al bando sublevado de la guerra civil. El bombardeo de la pequeña ciudad no tuvo como finalidad la destrucción de ninguna posición bélica enemiga o el ataque a un arsenal de armamento u otro objetivo de índole militar, sino pura y simplemente la de sembrar el pánico entre la población civil. El impacto que el hecho provoca en el artista, lo elabora en forma de respuesta artística a aquella matanza, suponiendo una decidida intervención de la cultura en la lucha política, respondiendo a la destrucción con una obra maestra. La reacción del artista de todos modos, fue más humana que política y en los primeros días del mes de mayo comienza el boceto de una gran tela de casi ocho metros por tres y medio en su estudio de París.

El cuadro no tiene que representar ni significar, sino desarrollar una fuerza imperativa. En la obra no hay color, solo están el blanco, el negro y el gris. Queda descartado que se sirviera de la monocromía para darle una tonalidad oscura y trágica, todo es claro y las líneas marcan con decisión los planos destinados a colmarse de color, pero el color no está, se ha ido También queda excluido que la monocromía sirva para acentuar el efecto plástico y de volumen, ya que no hay relieve. Tal vez sea porque con el color y el relieve la naturaleza se muestra a nuestros sentidos, por lo que eliminarlos, es cortar la relación con el mundo y, al cortarla ya no hay naturaleza ni vida. En cambio en el cuadro hay muerte, ya que al matar a los ciudadanos de Guernica, los alemanes mataron también a la civilización. Los hombres deben elegir, ya que no se puede querer a la vez la civilización y la guerra (o al nazismo), tal parece ser el mensaje del cuadro.