El joven David de Andrea del Castagno
Esta es una pintura renacentista realizada por el artista italiano Andrea del Castagno hacia el año 1450, quien la pintó con la técnica del temple sobre un cuero montado en madera. Y pese a esos materiales ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, esa forma y ese material tienen una explicación, ya que se trataría de la pintura para un escudo usado en las procesiones de Florencia.
Y además de por sus condiciones materiales tampoco su forma trapezoidal ayudaba a su conservación, y sin embargo hoy se salvaguarda en la National Gallery de Washington a donde llegó como parte de la Colección Widener.
El héroe bíblico de David fue representado en multitud de ocasiones durante el Renacimiento y Barroco, y posiblemente sus imágenes más emblemáticas sean las esculturas que realizaron Miguel Ángel, Donatello o Bernini.
Una representación muy habitual en Florencia, ya que David era el símbolo de la ciudad durante el siglo XV, y se le consideraba su defensor, frente a otras potencias italianas como podía ser Milán. Pero además tenía un significado político, ya que mientras Florencia era una República gobernada por los personajes más ilustres, ciudades como Milán eran regidas por gobiernos mucho más déspotas, por eso David también era símbolo de una ciudad más inteligente y hábil, capaz de enfrentarse a enemigos muy poderosos.
Curiosamente vemos que Castagno nos presenta en una única imagen dos momentos diferentes del episodio bíblico al que alude. Ya que por una parte vemos que David está en el gesto de lanzar una piedra al gigante Goliat. Al que sabemos que vencerá, pero aquí todavía queda más explícito, ya que el pintor nos presenta la misma cabeza decapitada de Goliat situada a los pies del héroe, aprovechando la propia postura de lanzamiento de David.
Además de eso es muy interesante analizar la obra pictóricamente. Nos sitúa al héroe en un paisaje, lo que le da tridimensionalidad y también naturalidad. Así se entiende mucho mejor el giro que ha de hacer para el lanzamiento de la piedra. Es decir, crea un espacio aéreo para la figura, la cual se puede mover.
Y por otra parte divide la superficie en dos mitades cromáticamente hablando. La superior mucho más luminosa con el cielo azul que hace destacar el rostro y el gesto de lanzamiento de David. Mientras que la mitad inferior es más oscura, y en ella se dedica a pintar ese paisaje, que le da ese toque de naturalidad que tanto ansiaban los artistas del Renacimiento florentino.