El matrimonio de conveniencia de William Quiller Orchardson
El artista victoriano escocés William Quiller Orchardson se asentó en Londres donde comenzó a triunfar por sus cuadros inspirados en obras de William Shakespeare así como por sus escenas ambientadas en las vidas de personajes ilustres de la historia británica.
Si bien fue en sus cuadros de género, con temáticas cotidianas, donde se muestra como un artista muy interesante. Y es que trató muchas cuestiones sociales sin evitar plantear conflictos entre clases e incluso dilemas morales. Algo no demasiado habitual en esa época victoriana de la segunda mitad del siglo XIX. De hecho, sus cuadros tenían algo de provocación.
En esa línea hay que entender El matrimonio de conveniencia, realizada en 1883. Un cuadro que aparentemente nos muestra una escena familiar, pero que si la analizamos vemos que nos cuenta más cosas. Se ve un matrimonio sentados a la mesa en el comedor familiar, pero se trata de una mesa muy larga que los separa. Al igual que los separa la edad entre ambos, mucho mayor el hombre que la mujer. Algo habitual en los matrimonios de conveniencia, un tema que por cierto ya había tratado otro pintor de las islas británicas como William Hogarth.
Al observar a la mujer se la reconoce malhumorada, con la mirada perdida, hastiada de su marido. El cual la observa con algo de desesperación y también algo de temor, como si fuera a dejarle en cualquier momento.
Es como un avance de lo que va a pasar, ya que más tarde Orchardson pintó otra obra titulada, Matrimonio de convivencia – ¡Después! En ella se ve al anciano ya solo, junto al fuego apagado y con la misma e inmensa mesa pero ya para un solo plato.
Lo curioso es Orchardson tenía una esposa 20 años menor que él. Así que se podría pensar que hizo unas imágenes de tinte autobiográfico. Sin embargo, no parece que fuera así, ya que según testimonios de sus amigos y familiares, fueron una pareja muy feliz y ella siempre estuvo a su lado hasta su muerte. Ambos se conocieron cuando la chica era una niña de 13 años, ya que era la hija de uno de los amigos del pintor. Pero sin embargo no hubo relación amorosa entre ambos hasta un tiempo después, y se casaron cuando la esposa contaba con 19 años. Y de hecho, el suyo no fue un matrimonio concertado por motivos económicos. Todo parece indicar que tenían una verdadera relación de amor y de cariño entre ambos.
Entonces, ¿por qué pintó W. Q. Orchardson un cuadro de tono tan crítico con los matrimonios de edades tan desiguales? Se desconoce. Para algunos tal vez lo hizo porque siempre temió que su esposa lo abandonara. Para otros, se trataría de una burla a parejas malavenidas. Aunque quizás simplemente pintó una realidad muy habitual en su tiempo.