Erasmo y Aedigius de Quentin Metsys
Esta obra del artista flamenco Quentin Metsys en la actualidad se salvaguarda en la Galería Nacional de Arte Antiguo del Palacio Barberini en Roma.
Es uno de los distintos retratos que nos han llegado de uno de los grandes referentes del pensamiento humanista, Erasmo de Rotterdam, del cual también podemos ver otras imágenes pintadas por ejemplo por Holbein el Joven. Si bien, en este caso lo vemos acompañado del también pensador Aedigius.
Independientemente del valor artístico de la obra, teniendo en cuenta la maestría de su autor, pintor de obras tan emblemáticas como El cambista y su mujer, lo cierto es que estamos ante un cuadro muy interesante por las circunstancias en que se realizó.
Se cuenta que Erasmo fue a visitar a Aedigius (Pierre Gilis), otro de los grandes intelectuales del momento que colaboró en su obra Utopía, y entonces decidió hacerse retratar ambos para enviarle esas efigies a su también amigo y colaborador Tomás Moro.
Un encargo que le hicieron a Quentin Metsys, quién tardó más de lo que deseaban, pero cuyo resultado lo admiraron enormemente después. Tanto que Moro lo llegó a comparar con el gran maestro griego de la Antigüedad, el mítico Apeles. Y lo definió como: “un renovador del arte antiguo […] gracias a la deleitable armonía de colores que saben insuflar vida al dibujo inerte”.
El caso es que vemos una representación de dos pensadores. Uno de ellos, Erasmo absorto en sus pensamientos (a la izquierda) y Aedigius intentando entablar conversación (a la derecha). De ellos lo más potente son sus rostros, perfectamente iluminados con luz cálida, que todavía destaca más con los ropajes negros o casi y el fondo oscuro y uniforme, donde se ve una gran estantería con libros entre ambos personajes.
También es muy importante como ha representado las manos, el uno escribiendo un manuscrito mientras que el otro porta una nota en una mano, mientras que con la otra señala una obra importante para ambos.
Lo cierto es que originalmente esta obra se pintó sobre tabla, sin embargo por azares de la historia posteriormente el óleo se trasladó a tela, de manera que se perdió una parte central, de ahí esa zona extraña que se ve en la reproducción. Lo que es innegable es que fue un retrato doble con mucho éxito en su época, tanto que se hicieron dos copias anónimas, localizadas en Holanda e Inglaterra. No obstante, la tela que posee la Galería Nacional romana es la auténtica que pintó Metsys y que fue regalada por Erasmo y Aedigius al propio Moro.