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Retrato de Erasmo de Holbein el Joven

Publicado por A. Cerra
Retrato de Erasmo de Holbein el Joven

Retrato de Erasmo de Holbein el Joven

Hans Holbein el Joven fue el pintor favorito del pensador Erasmo de Rotterdam, uno de los máximos exponentes del pensamiento humanista. Y por eso, a lo largo de su vida, lo retrató en diversas ocasiones. Una de ellas para este retrato de 1523 que se conserva en el museo del Louvre de París.

En él vemos a Erasmo en un retrato de busto de tres cuartos, representado de perfil y escribiendo el inicio de su obra “Comentario sobre el Evangelio de San Marcos”, escrito en ese mismo año 1523. Una fecha en la que aún hizo otro retrato a Erasmo que en la actualidad posee la National Gallery de Londres. Y diez años más tarde lo volvería a retratar, ya muy envejecido como se puede ver en la obra que guarda el Museo de Arte de Basilea. Por cierto, la ciudad a la que viajó junto a su hermano Ambrosius en 1516. Allí moriría Ambrosius, mientras que Hans residió en el país helvético hasta 1526, cuando empezó a viajar a Francia e Inglaterra.

Ya de por sí, el retrato de un erudito en su estudio fue muy habitual durante el Renacimiento. Y es que Holbein el Joven es un artista plenamente renacentista, a diferencia de su padre Hans Holbein el Viejo que representa el final de la pintura gótica alemana.

En la imagen podemos ver un estudio muy verídico del personaje. Erasmo nunca tuvo excesiva buena salud, y en el año del cuadro ya contaba 56 años, y ya se pueden ver ciertos detalles de vejez. Por ejemplo, está agarrando fuertemente sus manos nudosas al escritorio en una muestra de sus ataques de gota y reúma.

Al mismo tiempo en su rostro se aprecia una sonrisa a medio camino entre la ironía y el escepticismo, algo muy propio de un pensador sumamente racionalista que tanto disputó sobre cuestiones teológicas.

De hecho, fue un tiempo muy convulso por cuestiones religiosas, algo que también le afectó a Holbein el Joven, quién acabó huyendo para evitar problemas con las políticas de la Reforma, que tanto restringieron la labor artística de los pintores alemanes. Por eso acabó yendo Inglaterra, adonde llegó precisamente por recomendación de Erasmo.

No obstante, su primer viaje a tierras inglesas fue corto y regresó a Basilea en 1528, donde residiría hasta 1532, para finalmente retornar a Inglaterra, donde acabaría falleciendo en 1543.

Pero antes de eso su amistad y las diversas obras de retrato que le hizo a Erasmo fueron sumamente importantes, ya que le sirvieron como espaldarazo para su fama y prestigio. Y es que Erasmo era toda una eminencia a nivel europeo, y haberse convertido en su pintor de cabecera, sin duda le abrió muchas puertas a Hans Holbein el Joven.