Arte
Inicio Pintura, Romanticismo Espíritus afines de Asher B. Durand

Espíritus afines de Asher B. Durand

Publicado por A. Cerra

Espíritus afines de Asher B. Durand

Asher Brown Durand (1796 – 1886) comenzó su carrera artística como grabado y también como pintor de retrato. Sin embargo, en un momento dado entabló contacto con un pintor más joven que él y de personalidad arrolladora. Se trataba de Thomas Cole y se dedicaba al paisaje. De hecho, se le considera el pionero de ese género en los Estados Unidos (1801 – 1848). Ese contacto iba a cambiar por completo el rumbo de la pintura de Durand, quien se dedicó desde entonces a pintar vistas de la naturaleza de su país. Siempre con un toque poético y romántico, sacrificando el realismo si era necesario.

Un buen ejemplo es esta obra de 1849 titula Espíritus afines. Un lienzo que se conserva en Crystal Bridges Museum de Arkansas.

En el cuadro aparece el propio Thomas Cole sobre una roca, acompañado de otro personaje conocido del autor: William Cullent Bryant, que también era pintor. Y es que los tres conformaron el núcleo fuerte de los primeros paisajistas norteamericanos y generaron la llamada Escuela del Río Hudson.

Sin embargo, el gran iniciador de todo aquello, tuvo una inesperada y temprana muerte en 1848. Y el particular homenaje de Durand es este óleo, ya que se ve una esplendorosa naturaleza, el objeto de atención de todos esos pintores, y aparece W. Cullent Bryant que fue el encargado de pronunciar un recordado elogio en el funeral de Cole. A eso se refiere el título de Espíritus afines, y toda la imagen se puede explicar con esas claves.

Nos presenta un paisaje grandioso, donde reina el silencio y la paz. Y aunque el paraje, e incluso la roca donde están las dos figuras humanas son identificables, la verdad es que A. B. Durand, como en tantas otras ocasiones se toma ciertas licencias y pinta por ejemplo varias cascadas que sí que existen en esas montañas, pero que no son visibles desde ese punto. El hecho es que la realidad no le preocupaba demasiado a la hora de la composición, aunque sí que cuidaba que todos los elementos fuera verídicos, y se conservan por ejemplo múltiples estudios que hacía por ejemplo de los árboles para luego aplicarlos a sus lienzos.

En este caso se aprecia por ejemplo en el gran árbol que parece proteger a los dos protagonistas. Cuyos nombres por cierto aparecen inscritos en el tronco, para que no hay dudas de que quería representar.

Sin duda, Durand fue un superdotado para el paisajismo, y estudio con mucha atención a ciertos pintores de tal género, aunque fuera de hace siglos. En especial al holandés Hobbema y también al pintor francés Claude Lorrain, uno de los grandes artistas del paisaje durante el arte Barroco.