Familia de Felipe V, Van Loo
La Familia de Felipe V inmortalizada por el pintor del Barroco Van Loo define a la perfección la nueva estética imperante en España con el establecimiento de la dinastía borbónica en la Península Ibérica. Desde este momento el ascetismo con el que hasta entonces se había entendido la pintura española dio paso a un estilo mucho más recargado y artificioso que el monarca se encargó de traer directamente desde su Francia natal.
Tras el fallecimiento de Carlos II conocido como El Hechizado en 1700 sin dejar descendencia el trono español pasó a manos de su sobrino- nieto, Felipe V de Borbón. Felipe V (1683 – 1746) fue uno de los monarcas más estables que España había tenido hasta el momento, su mandato que duró algo más de cuarenta y cinco años, fue el más largo de la historia española. Tras salir victorioso de la Guerra de Sucesión española –el archiduque Carlos de Austria se perfiló también como posible sucesor de Carlos II- el monarca se estableció definitivamente en Madrid.
Un reformismo de corte borbónico se estableció en toda la Península y la “manera francesa” comenzó a estar presente en los diversos aspectos de la sociedad y cultura española. En el campo de la retratística se abandonaron las formas sobrias y sencillas que se mantenía por influencia de artistas como Velázquez o Sánchez Coello para dar paso a una pintura mucho más animada y colorista que se recreaba en multitud de detalles y adornos y que tendía al estilo rococó y recargado que podemos ver en Versalles donde el nuevo monarca había sido educado.
En este contexto no parece extraño que el nuevo rey hiciese venir desde Francia a uno de sus pintores preferidos para representar a su familia y nombrarlo como su nuevo pintor de Cámara. Louis Michel Van Loo (1707 – 1771) fue uno de los artistas más destacados de los últimos años de la estética barroca. Nacida en una familia de pintores el artista pudo viajar a Italia donde estudió a los clásicos y a su regreso cosechó una gran fama.
En esta ocasión el artista nos presenta un grandísimo óleo sobre lienzo de formato horizontal que mide más de cinco metros de ancho y cuatro de altura en el que ha representado a la familia del monarca. La escena se desarrolla en el interior de un palacio muy decorativo con el suelo ajedrezado que nos lleva hasta los personajes, grandes columnas, cortinajes rojizos muy ampulosos e incluso una banda de música amenizando la escena.
Los personajes aparecen dispuestos en tres grupos bien diferenciados: el centro de la composición está reservado para el monarca y su esposa Isabel de Farnesio, a su lado Felipe I de Parma con su mujer. En el grupo de la derecha encontramos al Infante don Carlos y su mujer y a las infantas María Teresa y María Antonia. A la izquierda del grupo principal aparece el príncipe Fernando y su esposa. Completando la escena aparecen en el suelo jugando con un pequeño perrito dos niñas, las infantas Isabel de Borbón-Parma y María Isabel de Borbón.