Figura alegórica de Cosimo Tura
Este cuadro que posee la National Gallery de Londres es una de las obras que nos han llegado del italiano Cosimo Tura (1430 – 1495) considerado uno de los pintores más relevantes de la Escuela de Ferrara durante el siglo XV. De hecho, fue el primer pintor importante de Ferrara y por ello trabajó durante muchos años para la familia d»Este, la dinastía ducal que gobernaba la ciudad.
Su estilo se caracteriza por varios elementos bien presentes en esta tabla pintada al óleo. Cosimo Tura sin duda crea imágenes muy sofisticadas, con colores muy fuertes y un tanto artificiosos. Pero incluso con ese tono fantasioso sabe otorgarles a sus figuras solemnidad e incluso algo de realismo.
En este caso se trata, posiblemente, de una representación de Caliope, que formaba parte de un conjunto de pinturas que Cosimo Tura pintó para Leonello d’Este para colocarlas en la Villa Belfiore, a las afuera de la ciudad. Concretamente en su studiolo, un ámbito privado, que el propietario quiso decorar con la imagen de las 9 musas de la antigüedad.
Para ello contaría con el trabajo de varios pintores, entre ellos Tura. Lo cierto es que este pintó sobre una tabla ya utilizada, y según algunos historiadores no pintó a Caliope, sino que representó a otra musa, a Euterpe. De ahí que en la catalogación de la National Gallery londinense aparezca con el título de Figura Alegórica sin identificar el personaje.
Por otra parte, en ese museo le han hecho varios estudios radiológicos no solo para ver que había pintado debajo, sino también para analizar la técnica. Y han descubierto que Tura usa elementos de la pintura al óleo muy propios de la pintura flamenca, y más concretamente de Rogier van der Weyden. Hace mezclas de aceites con pigmentos no habituales entre los artistas italianos, quizás a eso se deba el espectacular colorido de sus obras.
Curiosamente, el pintor italiano nunca salió de su país. Como mucho pudo viajar a Padua, donde entablaría contacto con Mantegna, con el que también tiene vínculos estilísticos. Sin embargo, van der Weyden sí que estuvo en Italia e incluso trabajó para Leonello d’Este. De forma que tal vez pudieron coincidir o al menos Cosimo Tura pudo ver en persona el arte del pintor flamenco. Además de que hubo seguidores suyos que permanecieron en Ferrara.
En definitiva, estamos ante un pintor que seguramente no sea el más emblemático del Quattrocento italiano, pero es un muy buen artista y un estupendo ejemplo de las interrelaciones que había en la época, tanto de índole creativo como técnico. Además de que los cuadros de Tura tienen una personalidad propia gracias a su desbordante fantasía y su gusto por el detalle realista, una fusión muy singular, al igual que su manera de unir los preceptos artísticos del Renacimiento con el eco de cierto arte gótico. Es decir, es un artista muy interesante.