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Iglesia del Monasterio de Sucevita

Publicado por A. Cerra

Monasterio de Sucevita, interior

El Monasterio de Sucevita se incluye dentro del grupo de iglesias ortodoxas de Bucovina en tierras de Rumanía. Un conjunto arquitectónico y pictórico que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se menciona como “iglesias de Moldavia”, al estar repartidas por una región histórica del este de Europa que en la actualidad pertenece a tres países distintos: Rumanía, Ucrania y la propia Moldavia. Un conjunto donde hay otras joyas como el precioso Monasterio de Voronet.

En total son una veintena de iglesias, construidas entre los siglos XV y XVI, y su principal característica es la pintura que decora tanto su parte interna, como la externa. Y de ellas, una de las más espectaculares sin duda es la iglesia del Monasterio de Sucevita, realizada entre los años 1585 y 1601, o sea que es uno de los ejemplos más “modernos” de todos y por lo tanto más avanzados. Si bien mantiene esa peculiar fusión de arte bizantino y gótico.

Los constructores fueron los hermanos Ieremia, Gheorghe y Simion Movila, los cuales están enterrados en el monasterio. Mientras que también se conoce a los autores de las pinturas, lo cual no es demasiado habitual en el arte de la religión ortodoxa. Fueron los monjes Ion y Sofronie.

Esas pinturas se centran en relatar hechos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. No obstante hay algunas partes que además de por su mensaje, destaca por la calidad de la pintura. Ocurre así con la llamada Escalera de las Virtudes o del Paraíso. Un recorrido por 32 peldaños en el que se muestra que hay que ser digno para alcanzar el Cielo, y todo aquel que se salga de la senda caerá, independientemente de su clase social. Solo recorren ese camino los puros.

Monasterio de Sucevita, exterior

La verdad es que además de su contenido religioso, estos frescos son una buena crónica de la época, ya que los pintores se basaban en la vida cotidiana de ese territorio en el siglo XVI para ambientar los hechos que relataban, porque son pintura pero también narración. De hecho, la razón de que estén pintadas por dentro y por fuera se debe a que al interior solo podían acceder las clases más privilegiadas, de manera que para el pueblo llano se pintaba el exterior, actuando estos murales como catecismo.

De ahí que se pueda ver fuera un Apocalipsis de ambiente terrible, dominado por una bestia de dos cabezas y ríos de lava ardiente. Eso está junto al pórtico. Mientras que en la pared sur se representa un Árbol de Jesé para plasmar que Jesús tuvo origen humano y ascendencia divina.

En definitiva estamos ante una obra excepcional de finales del Medievo, de un intenso colorido, en el que destaca el color verde, si bien hay un magistral dominio de los azules, los rojos y los tonos dorados. Una obra de arte tan desconocida como valiosa y hermosa.