Monasterio de San Juan de la Peña I
Vista del monasterio de San Juan de la Peña
Este monasterio medieval situado en el Pirineo aragonés es una de las grandes joyas de la arquitectura y escultura románica de España. Además de que por su ubicación y los paisajes que lo rodean es un lugar enormemente visitado. Por ello, vamos a dedicar dos posts para recorrer su interior e descubrir los secretos artísticos que posee.
Para empezar, hay que decir que su nombre de San Juan de la Peña, se refiere a que todo el monasterio se sitúa bajo una enorme roca que hace las veces de cubierta y también de constante amenaza, como si en cualquier momento se fuera a caer esa gigantesca roca sobre el cenobio.
El recorrido por su interior ha de iniciarse por la planta baja. Allí se encuentra la Iglesia Baja o Hispánica, dedicada a los Santos San Julián y Santa Basilisa. Se trata de una iglesia fundada en el año 920 y fue parte del núcleo primitivo del monasterio.
Es una iglesia de dos naves y dos ábsides planos. Unos ábsides sobre los que se conservan pinturas murales del siglo XII. En el ábside izquierdo está representado el martirio de San Cosme y San Damián, y por las características formales de estas pinturas, algunos historiadores las atribuyen al círculo del Maestro del Panteón de San Isidoro de León.
A modo de curiosidad hay que decir que la orientación de esta iglesia no es la canónica, porque está orientada hacia el sureste y no al este, pero es lógico teniendo en cuenta que se halla bajo el abrigo rocoso y las posibilidades espaciales y constructivas así se reducen. De hecho parte del ábside y del lateral derecho están propiamente excavados en la roca. Además la iglesia tiene dos alturas correspondientes a dos fases constructivas, siendo lo más alto lo propio del siglo X, mientras que el resto se haría un siglo más tarde coincidiendo con la construcción de la iglesia en la planta superior.
También en la planta baja del Monasterio de San Juan de la Peña se encuentra el espacio llamado Sala de los Concilios, aunque lo cierto es que aquí estaban los dormitorios de los monjes. Sin embargo, el nombre de Sala de los Concilios se debe a que se supuso que aquí se celebro un falso Concilio con el rey Ramiro I.
Todo este espacio de dormitorios es una construcción del siglo XI, que originalmente se cubrió con madera, pero posteriormente se hicieron las bóvedas de piedra, aunque de aquellas no queda nada, ya que se quemaron en un incendio, y la cubierta que hoy se contempla se realizó en el siglo XV.
Tal vez lo más interesante constructiva y artísticamente hablando de este espacio es la puerta mozárabe que sirve para unir los dormitorios con la iglesia Baja. Y también es interesante observar en ciertas partes de esta planta inferior como en el suelo se ven tumbas antropomorfas, donde fueron enterrados antiguos abades del monasterio.
Desde esta zona, unas escaleras comunican con las estancias de la planta alta del monasterio, donde se encuentra el Panteón de Nobles, la iglesia románica, el Panteón Real, las capillas de San Victorián, San Voto y San Félix, y el famoso claustro de San Juan de la Peña.