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Monasterio de San Juan de la Peña II

Publicado por A. Cerra
Claustro de San Juan de la Peña

Claustro de San Juan de la Peña

Siguiendo el recorrido por el monasterio de San Juan de la Peña iniciado en el post anterior, ahora hay que descubrir lo que se halla en su planta alta.

Lo primer que se ve es el Panteón de Nobles, los cuales hacían donaciones al monasterio para poder ser enterrados aquí. Sus tumbas se disponen en dos filas de enterramientos en la pared, siendo las más interesantes las de la hilera superior decoradas con elementos relacionables con la escultura románica de la cercana Catedral de Jaca.

Junto a este panteón se encuentra la antigua masadería y el horno del monasterio, donde hacían el pan los monjes, y de hecho los techos se ven ennegrecidos por el humo, aunque también por los incendios que asolaron en varias ocasiones el monasterio.

En cuanto a la iglesia Alta o románica, se sabe que fue consagrada en el 1094 bajo el reinado de Sancho Ramírez. Este templo está prácticamente encima de la iglesia mozárabe de la planta inferior. Y al igual que la iglesia Baja, también hay aquí una parte que no está construida, sino excavada en la propia roca.

Es un templo con tres ábsides, con cubierta de cuarto de esfera. Ante ellos se abre un presbiterio que, a modo de arco triunfal, se cubre con bóveda de cañón, que da paso a la única nave de la iglesia.

En el ábside central hay una réplica del Santo Grial, ya que se supone que aquí estuvo el original, el mismo que hoy se custodia en la Catedral de Valencia.

Y desde la nave de la iglesia se accede al claustro de San Juan de la Peña, atravesando un arco de herradura, que tal vez no estuviera aquí originalmente y fuera trasladado desde la planta baja del monasterio, su parte mozárabe y más antigua.

Este claustro está parcialmente cubierto por la peña que da nombre al monasterio, e incluso en origen un muro cerraría completamente el claustro, de forma que fuera un patio interno mucho más resguardado de la climatología. Se construyó el claustro en el siglo XII.

La joya artística del claustro son los capiteles labrados. Unos capiteles que relatan pasajes bíblicos como el Génesis, la infancia de Jesucristo y también su vida pública de evangelización. En ellos, los investigadores de la historia del arte descubren que son factura de diversos maestros canteros, todos ellos anónimos, pero sí que es cierto que se ven detalles de diversa calidad y estilo, aunque todos ellos emblemáticos del estilo románico en escultura.

Desde el mismo claustro se accede a otras dos capillas. Por un lado, la de San Victorián, y por otro la de San Voto y San Félix, ambas de construcción posterior al resto del conjunto monacal, ya que se ven elementos góticos y del Renacimiento ya muy evolucionado.

Y por último, hay que mencionar el Panteón Real al que se accede desde la Iglesia Románica. También se trata de una construcción posterior al resto del monasterio, ya que lo mandó construir el rey Carlos III en el siglo XVIII, y por lo tanto es una obra de estilo neoclásico.