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Interior con muchacha cosiendo de Marie Kroyer

Publicado por A. Cerra

Interior con muchacha cosiendo de Marie Kroyer

La vida de la pintora danesa Marie Kroyer (1867 – 1940) es digna de una película, tanto por sus episodios biográficos como por su desarrollo creativo.

Su nombre completo fue Marie Triepcke Kroyer Alfven. Y en todos esos apellidos se resume gran parte de su vida. Provenía de la acaudalada familia Triepcke, y en el seno de esa familia pronto demostró su interés por la pintura y la creatividad. Por eso tuvo un fácil acceso a profesores, eso sí no estaba muy bien visto por aquel entonces que las mujeres se dedicaran al arte. Por ese motivo, siendo ya joven creó su propia academia para pintoras y ahí lograba atraer a maestros de su país, como el propio Peder Severin Kroyer. Un pintor muy reconocido de su país, 16 años mayor que ella, y aunque en aquel momento lo ignoraba, acabaría siendo su esposo.

Marie continuó un tiempo formándose y llegó el momento en el que decidió continuar su trayectoria con el típico viaje a París. Fue allí donde volvió a coincidir con Kroyer, y esta vez sí que se enamoraron y acabaron casados. Además regresaron a la isla danesa de Skagen donde el pintor tenía una enorme reputación. No obstante, aquel matrimonio supuso un frenazo en seco para el desarrolló pictórico de ella.

Marie Kroyer siempre se creyó inferior en cualidades artísticas a su marido. A lo cual también contribuyó cierto desdén por parte de él hacia el arte femenino. El caso es que se convirtió más en su modelo que en una pintora. Y de hecho nos han llegado un buen número de retratos que le hizo donde ella se muestra como una mujer extraordinariamente bella.

Por otra parte decidió volcar toda su creatividad en el diseño de interiores y de muebles, e incluso la arquitectura. De esta manera no había competencia alguna con las creaciones de su esposo. Pero aún así la relación entre ambos se fue deteriorando, y además él comenzó a sufrir una enfermedad mental que todavía los alejo más.

El desenlace estaba claro, y ella encontró el amor en otro hombre, el músico Hugo Alfven, con quien acabaría casándose tiempo después. Y si con Kroyer, Marie tan apenas pintó, con Alfven impulsó su carrera como diseñadora y arquitecta. Hasta diseñó la casa de ambos en Suecia. Aunque hay que decir que aquel matrimonio también fue fallido, sobre todo por las infidelidades del marido.

No obstante, aunque acabó en divorcio, también sirvió para que Marie retomara la pinceles, algo que durante mucho tiempo no se supo. Y es que se conservaban muy pocas obras suyas de juventud. Pero por fortuna, una de sus hijas sacó a la luz en los años 60 una buena colección de obras que Marie Kroyer Alfven realizó para sí misma y que guardó siempre consigo.