La Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II, Coello
La Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II es quizás la obra más conocida y representativa del pintor barroco Claudio Coello. Coello (1642 – 1693) fue uno de los pintores más destacados del barroco español y llegó a convertirse en el pintor de corte del rey. De hecho, esta sería la primera obra que Coello realizó en su nuevo cargo como pintor de corte.
El encargo llegó al artista en 1685 y tardó casi cinco años –hasta 1690- en pintar esta obra de grandes dimensiones y realizada en óleo sobre lienzo. El gran óleo de Coello debía de ilustrar y salvaguardar una de las reliquias más importante que se encontraba en la Sacristía de la Iglesia del Real Monasterio del Escorial de Madrid, la Sagrada Forma.
Según la leyenda, la Sagrada Forma que se encuentra en el Escorial procedía de la abadía de Gorcum en Alemania donde un grupo de protestantes irrumpió en el templo y destruyó todas las obleas sagradas. Una de las formas comenzó a levitar y a sangrar milagrosamente cuando uno de los protestantes trató de pisarla. La Sagrada Forma llegó a manos del capitán del ejército Fernando Weidmer cuya familia la hizo llegara España.
El monarca Carlos II encargó al artista madrileño una obra que le representase a él mismo junto con algunos de los personajes más destacados de la época le rendían homenaje a la Sagrada Forma. El lienzo de Coello, servía de protección a la Sagrada Forma de Gorcum que tan sólo se exponía en momentos muy concretos del año; en estas ocasiones, el camarín que albergaba la hostia sagrada lucía sus mejores galas mientras que el lienzo del artista descendía por unos raíles y dejaba a la luz la valiosa reliquia.
La pintura no sólo es la representación de un tema religioso sino que el artista ha mostrado tal realismo que se trata de una auténtica galería de retratos en la misma línea en la que, unos años antes, el Greco había representado a los nobles en el conocido Entierro del Conde Orgaz. Así podemos apreciar en primera línea al monarca Carlos II pero también a ilustres personajes como el sacerdote Francisco de los Santos que sustenta la Sagrada Forma entre las manos, el Duque de Medinaceli, el de Pastrana, el Conde de Baños, el Marqués de Puebla… Coello también se representó a sí mismo entre los miembros de la corte con la misma familiaridad que Velázquez lo hizo en las Meninas. En la zona superior del templo el artista ha representado unos ángeles con el fin de que la obra adquiera un carácter más teatral.
La perspectiva ha sido muy trabajada por el artista de tal manera que el lienzo parece una prolongación más de la Sacristía del Escorial y no se han reparado en artificios decorativos ni en elementos arquitectónicos. El colorido de la tela muestra la influencia de que los artistas venecianos tuvieron en Coello pero también podemos observar la calidad del dibujo en una composición muy pensada y trabajada.