La pesca milagrosa, Konrad Witz
La pesca milagrosa es una obra de estilo flamenco realizada en técnica mixta sobre tabla por el artista suizo Konrad Witz y que actualmente se conserva en el Museo de arte e historia de Ginebra, Suiza. En realidad Witz (1400-1444) nació en la región de Suabia, Alemania, pero pronto se estableció en Suiza y es considerado como miembro destacado de esta escuela durante el siglo XV.
Tanto su biografía como su producción han sido un continuo misterio, son pocas las noticias que las crónicas de la época nos ofrecen sobre este artista y menos aún las obras que se han podido catalogar como suyas. Con todo, parece probable que el artista cosechara algunos éxitos importantes a lo largo de su vida. En su obra se entremezcla las nuevas fórmulas estilísticas de los primitivos pintores flamencos con la tradición consolidada de las formas del gótico internacional.
La tabla de La pesca milagrosa es parte de un conjunto mayor, un retablo –posiblemente efectuado para la Catedral de Ginebra- que debía estar dedicado a la figura de San Pedro y del que actualmente no se tiene noticias. La pintura es, sin género de dudas, obra de Konrad Witz así lo atestigua el marco en el que se encuentra una inscripción indicando su autor y fecha de realización.
La obra de Witz representa una escena religiosa extraída del Evangelio de San Juan, se trata de una aparición de Jesús resucitado a los Apóstoles; estando éstos pescando se les acercó un hombre que les preguntó cómo iba su trabajo, cuando ellos contestaron apesadumbrados el hombre les ordenó tirar las redes al mar. Al subir las redes estaban llenas de peces y Pedro pudo reconocer a su Maestro arrojándose al agua para llegar a su encuentro.
La figura de Cristo está situada en primer plano, es una figura de porte majestuoso cubierta por una ampulosa capa de color carmesí. En el agua Simón Pedro nada intentando alcanzar la figura de Jesucristo mientras el resto de los Apóstoles recogen las redes cargadas de peces. Las figuras de los Apóstoles son representadas con gran naturalismo como si de corrientes pescadores se tratara, tan solo el pequeño nimbo sobre sus cabezas remite a su santidad.
Si quizás la naturalidad de los personajes aún bebe en demasía de las formulas góticas sin adquirir el realismo renacentista lo cierto es que el paisaje está representado como pocos en la historia del arte. Witz presenta en esta obra uno de los primeros paisajes reconocibles en la historia del arte, el lago Leman. El artista se esfuerza al máximo en representar todos y cada uno de los detalles de esta naturaleza. Especial atención merece la forma en la que el pintor trata la zona del lago, en él no sólo es discernible las piedras o animales bajo el agua transparente, también logra representar el reflejo de los pescadores sobre la superficie del lago. La técnica de las veladuras con la que logra tales efectos, adquiere en esta obra el mismo grado de perfección que artistas flamencos de la talla de Jan Van Eyck utilizaban en algunas de sus obras.