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Salomón y la reina de Saba de Konrad Witz

Publicado por A. Cerra

Salomón y la reina de Saba de Konrad Witz

En realidad esta tabla pintada al temple formaba parte de un conjunto pictórico más amplio que el artista Konrad Witz pintó entre los años 1435 y 1437 para la iglesia de San Leonardo en Basilea, Suiza. Aquel retablo era el Retablo del Espejo de la Salvación Humana, y es que se basaba en un texto del siglo XIV (Speculum humanae salvationis) donde se explicaba como los hechos narrados en el Antiguo Testamento había que interpretarlos como una anticipación a la posterior vida de Jesucristo, o sea, a la narración de los episodios que luego aparecen en el Nuevo Testamento.

Los ejemplos que se incluyen en ese libro son abundantes y algunos de ellos aparecían en las escenas pintadas por Witz en este retablo suizo. Como muestra esta pareja de El rey Salomón y la reina de Saba. Un pasaje bíblico que había que interpretar de la siguiente forma: la satisfacción que sentía la reina de Saba ante la mirada tan prudente del rey Salomón era algo así como el equivalente al sentimiento de felicidad que debía inundar a los bienaventurados en el cielo cuando por fin podían contemplar el rostro de Dios.

Al conocer el porqué de esta representación queda claro que el arte de Konrad Witz (1400 – 1445) no solo tenía mucho de creencia religiosa, algo muy habitual en aquella época, sino que también poseía una cualidad intelectual digna de valorarse.

Por otra parte también fue un artista muy viajado, ya que estuvo en tierras de Flandes, concretamente en la ciudad de Gante, donde es más que posible que estableciera contacto con el taller de Jan van Eyck y su hermano, y seguramente también con Robert Campin. De hecho en esa ciudad belga siguen permaneciendo alguna obra suya como La pesca milagrosa.

Incluso no se sabe a ciencia cierta si el artista falleció en Basilea o en Gante. Lo que es evidente es que la pintura flamenca de las décadas iniciales del siglo XV supuso un influjo clave en su producción. Gracia a ella aprendió a dotar de plasticidad a sus figuras, así como incorporó cuestiones relativas a la profundidad espacial y a la perspectiva. Por no mencionar su capacidad de lograr una representación realista, a veces con un escenario interior tan sencillo y colorido como el que vemos en esta tabla del rey Salomón y la reina de Saba.