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La despedida de María, reina de Escocia, de Robert Herdman

Publicado por A. Cerra

La despedida de María I de Robert Herdman

Robert Ineratity Herdman (1829 – 1888) está considerado uno de los mejores ejemplos de la pintura histórica en Escocia durante la época victoriana. Es cierto, que a lo largo de su trayectoria también pintó diversos retratos así como interesantes paisajes para los que usaba la técnica de la acuarela, pero sin duda su mayor talento lo volcó en cuadros que plasmaban los episodios y personajes claves de la historia escocesa. Unas obras que evidentemente mostraban los aspectos más románticos de esos capítulos del pasado.

Un buen ejemplo es este cuadro de 1867 dedicado a María Estuardo (1542 – 1587). Esta mujer fue María I de Escocia entre los años 1542 y 1567. Y es que accedió al trono con tan solo seis días de edad. Además con apenas 16 años se casó con Francisco, el futuro rey de Francia, con el que pronto se convirtió en reina consorte. Sin embargo, aquella unión duró muy poco tiempo, al fallecer su marido en 1560. De manera que poco después la joven dejó Francia para regresar a Escocia.

Es precisamente esa vuelta a su país la que nos presenta el cuadro de Robert Herdman. Una imagen en la que se manifiesta como María Estuardo se iba con pena, dejando atrás un país donde la habían tratado bien y había recibido una completa educación. De hecho, hay testimonios que cuentan que la despedida fue dolorosa y cuando el barco zarpó del puerto francés de Calais con rumbo a Escocia todo adquirió un tono de nostalgia. Se relata que la reina, mientras el buque se alejaba de la costa, iba diciendo para sí misma: “Adiós Francia, adiós. Creo que nunca volveré a verte”.

Y acertó. Pero lo que no se podía ni imaginar es le esperaba en su vuelta al hogar, así como todo lo que le iba a pasar en los años siguientes. Volvería a enviudar, perdería su corona, sería traicionada, recluida en diversos castillos británicos por orden de la reina Isabel I de Inglaterra y finalmente sería encarcelada y ejecutada. Una vida de lo más azarosa y novelesca. Lo cual hace que sea uno de los personajes de la historia escocesa predilectos para los artistas de ese país.

En especial para gente como Herdman un verdadero enamorado de su tierra, quien triunfó allí, y aunque viajó en más de una ocasión a Italia para empaparse de la pintura trasalpina, sobre todo de los colores de la escuela veneciana, la verdad es que él se encontraba a las mil maravillas en su Edimburgo, incluso renunció en su momento a establecerse en Londres, donde sin duda hubiera adquirido más fama y dinero.

Pero nunca le faltó el trabajo, recibió constantemente encargos y hoy su obra cuelga no solo en museos de Escocia, sino en otros del Reino Unido y de varios países.