Iberia de Robert Motherwell
El estadounidense Robert Motherwell (1915 – 1991) ha cumplido un doble papel en el desarrollo de las vanguardias de su país durante la franja central del siglo XX. Y es que Motherwell cumplió con su particular carrera artística creando sus propias pinturas, pero sobre todo se convirtió en una especie de agitador de las élites culturales, dándole glamur al mundillo del arte y promoviendo diversas acciones. Algo en lo que también participó muy activamente su esposa, la también pintora Helen Frankenthaler.
Una prueba de ello por ejemplo es que fue él quien le dio el nombre a la conocida como Escuela de Nueva York donde aparecían artistas del expresionismo abstracto como Jackson Pollock o Mark Rothko. Y es que se papel de intelectual del arte quizás se debió a que él antes de ser artista y creador, pasó por la universidad a diferencia de otros coetáneos. Y allí estudió tanto Filosofía como Historia del Arte.
De manera que Motherwell tenía un amplio bagaje cultural y muchas inquietudes. Por ejemplo, le marcó un hecho aparentemente muy lejano: la Guerra Civil Española. Solo tenía 21 años cuando oyó hablar de este conflicto, pero le influyó siempre. De hecho, unos años más tarde realizaría la que quizás sea su serie más famosa: Elegía a la República Española, del año 1948.
Y no solo eso, también viajaría con su esposa de viaje de novios a España y fruto de aquello surgió su serie Iberia de 1958. Uno de cuyas imágenes cuelga en la actualidad en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Desde luego este gran lienzo transmite lo que él percibió en la España de la Dictadura de Francisco Franco. Un lugar negro, lóbrego y al borde de una catástrofe total y absoluta. El color que impregna la tela lo deja bien claro, pero también las grandes dimensiones de la obra (182 x 233 cm). Todo es negro y sofocante, casi impenetrable. Pero el artista ha dejado un minúsculo espacio blanco en la esquina inferior izquierda. Es como un pequeño escape de la atmósfera reinante en el cuadro, verdaderamente pesada, no solo desde un punto de vista visual, también material, ya que el artista ha llenado a conciencia la tela de pintura con muchísimas pinceladas en muy variadas direcciones. A simple vista puede parecer que no, pero al contemplarlo físicamente se aprecia la expresión de la obra, al fin y al cabo es Expresionismo Abstracto más allá del famoso Action Painting de Pollock.