El Tríptico Merode de Robert Campin
Esta obra fue pintada por el artista Robert Campin entre los años 1420 y 1430. Se realizó con la técnica al óleo sobre tabla, algo muy habitual durante la pintura flamenca del siglo XV. Y en la actualidad forma parte de la colección de pintura histórica del Metropolitan Museum de Nueva York.
Las tres tablas que componen este tríptico representan en el centro una escena de la Anunciación, mientras que los laterales están ocupados por sendas escenas que representan en el lado izquierdo a los donantes, o sea, los encargantes y pagadores del tríptico en el lado izquierdo, y en el lateral derecho se puede ver una escena en la que se reconoce san José realizando trabajos de carpintería, concretamente fabricando pequeñas ratoneras.
Era bastante habitual que los donantes se hicieran retratar en las obras que pagaban, ya que lo que buscan mediante el patrocinio de obras de arte era lograr la salvación de sus almas tras su muerte. Por esa misma razón, la posición más común en la que se representan es rezando, como en la obra que nos ocupa.
En el centro se ve el momento en el que el arcángel san Gabriel le anuncia a la Virgen María que va a tener como hijo a Jesús y todo ello se ambienta en el interior de una casa similar a las que podría tener cualquier persona acaudalada del Flandes de aquellos años. Y por supuesto, en la escena aparecen todos los símbolos habituales que cualquier creyente identificaba y conocía su significado. De ahí que haya lirios como símbolo de pureza, o la vela que se acaba de apagar debido al soplo divino que acaba de invadir la habitación. Y también es habitual en este tipo de representaciones mostrarnos a la Virgen sentada en el suelo, como ejemplo de humildad.
Pero no acaban aquí los simbolismos en esta obra. No es casual que san José aparezca en la tabla lateral fabricando ratoneras. Las interpretaciones de la Biblia que se hacían por aquellos tiempos contaban que para evitar que fuera concebido el niño Jesús, el Diablo había fijado su atención en san José, pero sin embargo en una jugada maestra planeada por Dios, el carpintero había sido el cebo para engañar al demonio, o sea que el mismo Diablo había caído en una ratonera.
Este tipo de simbología es muy habitual en toda la pintura de la Edad Media, especialmente en la pintura gótica flamenca, donde por aquellos años surgen maestros que son verdaderos creadores de imágenes donde descubrir y recrearse con multitud de símbolos ocultos en cada uno de los objetos que aparecen pintados en sus cuadros. Y de entre todos ellos el gran maestro sería Jan van Eyck.