La peste en Asdod de Poussin
Este óleo fue pintado sobre lienzo por Nicolás Poussin entre los años 1630 y 1631, y en él se hace referencia a una plaga real de peste que tuvo lugar en Europa durante gran parte del siglo XVII.
La obra se conserva en el Museo del Louvre de París en la actualidad.
Ni que decir tiene que el gran pintor francés del Barroco no viajó hasta los lugares afectados por la peste para realizar esta tela. Para pintarla recurrió a un pasaje del Antiguo Testamento, concretamente relatado en el Libro de Samuel. Un pasaje que se citaba en numerosas ocasiones por aquellos años.
En ese relato bíblico se cuenta que los filisteos habían robado uno de los grandes tesoros de la religión de los hebreos, la célebre Arca del Alianza, donde se supone que se custodiaban las tablas con los Diez Mandamientos. Así que por semejante afrenta, Dios les envió la peste a los filisteos.
Sin embargo, aunque se basara en ese pasaje de la Biblia, la ambientación que Poussin hace para su obra es propia del siglo XVII, usando las ropas de la época, las arquitecturas y los gestos y situaciones desesperadas que se describían de aquella peste que estaba comenzando a expandirse por el norte de Italia. Un lugar desde el que se iba a extender por todo el continente, sobre todo por medio de las tropas de soldados y sus constantes movimientos debido a la incesante Guerra de los Treinta Años que se desarrolló por gran parte de Europa.
Pero, cuando pinta esta obra Poussin, la pandemia todavía no ha alcanzando semejantes cotas y se reduce a territorios de la Italia septentrional. Y precisamente entonces, el pintor francés residía en Italia, eso sí, en su capital, Roma.
Poussin es uno de los máximos exponentes de la pintura barroca europea con grandiosas obras como La Danza del Tiempo, Orfeo y Euridice o Et in Arcadia Ego. Y desde luego en esta obra de La peste en Asdod están presentes muchas de la cualidades de su arte, como el manejo de las arquitecturas como si fueran telones teatrales que da profundidad y ambientan escenas de lo más dinámicas con numerosos personajes.
No obstante, en este cuadro también se aprecian unas notas de realismo de gran calidad. Por ejemplo, se detiene en el aspecto de los cadáveres afectados por la peste, y no duda en presentarnos a las ratas corriendo por las calles e incluso saliendo de esos mismos muertos.
Poussin se detiene en pintar con detalle cada uno de los personajes, especialmente los apestados, y recurre al uso de colores antinaturales, como cuerpos muy grises o gestos de carácter expresionista para dar la terrible sensación de la epidemia. De hecho, llega a parecer que el artista se haya propuesto que la podamos oler y nos tapemos la nariz como hacen varios de los personajes representados.