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Lot y sus hijas dejando Sodoma de Guido Reni

Publicado por A. Cerra

Lot y sus hijas dejando Sodoma de Guido Reni

Son muchos los pintores y artistas en general que han representado el tema bíblico de Lot y sus hijas. Pero siempre se han centrado en el aspecto más sensual y pecaminoso del asunto, como se puede ver en la tela de Francesco Furini. En cambio el pintor boloñés del Barroco, Guido Reni, no lo hizo así.

El hecho se relata en el Génesis. Ahí se cuenta que un ángel se le presentó al venerable Lot para avisarle de que debía salir de la ciudad de Sodoma con su familia sin mirar atrás, ya que la ira divina iba a destruir aquella urbe de pecado. Lot avisó a sus dos hijas y a su esposa y emprendieron el camino a las montañas. Sin embargo, su mujer no pudo resistirse y se giró para contemplar por última vez la ciudad, y por no cumplir las normas se convirtió en estatua de sal.

En cambio padre y sus hijas llegaron lejos, y se asentaron en unas cuevas. Allí las dos jóvenes, pensaron que eran las únicas personas que existían, pero que aún así debían reproducirse. O sea, tenían que acostarse con su padre. Y para conseguirlo decidieron emborracharlo. Unas relaciones de la que nacieron dos hijos, que a su vez darían origen a dos tribus enemigas de Israel.

Como decíamos, la gran mayoría de pintores se han centrado en esta última parte de la seducción para representar el tema de Lot y sus hijas, pero no lo hace así Reni en este cuadro pintado en 1615 y que hoy se conserva en la National Gallery de Londres.

Él se centra en la propia huida de la ciudad. Si no se conoce el tema, solo parece un hombre adulto con dos jóvenes. Pero en cambio hay elementos para identificar el asunto. Para empezar porque al fondo, entre la oscuridad, se puede ver como una mujer se está convirtiendo en escultura. Y luego porque una de las muchachas porta consigo un cántaro de vino, lo que preludia el acto del incesto que ocurrirá posteriormente.

Los cuadros de Guido Reni a veces son difíciles de entender para los espectadores que no conocen los temas que presenta. En general no es demasiado narrativo, aunque también tiende obras muy evidentes, como su Martirio de San Pedro. Pero es más habitual que sea muy contenido e implícito en sus relatos.

En cambio su calidad pictórica es soberbia. Basta ver estas tres figuras que pinta con un carácter monumental. En un primerísimo plano que ni siquiera les permite salir de cuerpo entero. Y luego están los juegos de miradas entre ellos, los gestos y sobre todo las masas de color. El manto rojo que viste Lot, la luz sobre su calva, las ricas telas de los trajes de las hijas, desbordantes de pliegues y brillos, o la tez blanca de sus hermosos rostros. Todo ello, para un espectador desconocedor del tema es de una calidad artística indudable, mientras que en su tiempo, para los que buscaban el sentido iconográfico, la imagen tendría infinidad de símbolos.