David con la cabeza de Goliat de Guido Reni
Guido Reni (1575 – 1642) nació en Bolonia, la ciudad de los hermanos Carracci, los cuales abrieron uno de los caminos estéticos más importantes de la pintura barroca. Una pintura muy académica, la cual evolucionaría hasta las formas del clasicismo, en las cuales Reni se convirtió en todo un maestro dominando a la perfección el arte del dibujo y de las proporciones, tanto que a este pintor de enorme éxito se le llegó a conocer como Guido, el Sublime.
Es indudable que Reni bebió del arte de Anibale Carracci y sus hermanos, así como del arte de Rafael. Sin embargo, también tuvo una influencia muy relevante la revolucionaria pintura de Caravaggio. De él tomó parte de su idea de que todo, hasta lo grotesco o desagradable podía ser pintado con gran realismo. Y también le influyó mucho la luz de claroscuro caravaggista. Si bien todo lo pasó por su tamiz más personal.
Basta comparar esta obra suya con otra imagen del mismo tema de Caravaggio. Son casi contemporáneas, ya que la obra de Reni es de 1605. Y tienen muchas similitudes, como ese estudio de la luz, en el que todo el fondo es oscuro para que emerjan las figuras. Pero lo hacen de un modo mucho más brutal en el cuadro de Caravaggio. Y es que aunque hay parecidos también hay muchas diferencias.
Comenzando por la actitud. Aquí vemos un David orgulloso, casi principesco, tanto en su pose como en ese peculiar atuendo a base de un manto de piel y el gorro rojo con una enorme pluma naranja que luce, unos tonos que desde luego llaman poderosamente la atención. Es verdad que todo está pintado con tintes muy realistas, pero aliados con las formas académicas, sin concesiones hacia lo horrible y sí con mucha gracia. De hecho, en ese espíritu podemos decir que es una obra más impregnada de la idea renacentista del David de Donatello que de los barrocos de Caravaggio.
El héroe, ese pastor que con una simple honda venció de una pedrada al gigante Goliat, aquí ya está en una pose de vencedor, como un dandy reflexivo, contemplando a su víctima ya degollada. Pero no nos traslada la idea de la violencia, sino la del triunfo.
Es innegable la calidad del arte de Reni. Se pueden ver estas y otras influencias, pero sabe dominarlas y llevarlas a un estilo propio, basado en un portentoso dibujo y un dominio de la luz muy especial. En definitiva, un autor con una carrera muy fecunda en su tiempo y cuyas obras hoy en día están dispersas por museos de medio mundo. Esta en concreto de David con la cabeza de Goliat está en el Museo de los Uffizi de Florencia.