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Muerte de Simón Bolívar de Antonio Herrera Toro

Publicado por A. Cerra

Muerte de Simón Bolivar de Antonio Herrera Toro

Este cuadro lo realizó el pintor venezolano Antonio Herrera Toro (1857 – 1914) en el año 1883, poco después de su vuelta de Europa donde pasó unos años conociendo el arte clásico y mejorando su pintura. Y a su vuelta realizó cuadros de temas muy patriótico. Como en este caso ya que se trataba de representar de una forma imaginaria como pudieron ser los últimos días de Simón Bolívar, quién había fallecido muchos años antes en la Quinta de San Pedro Alejandrino, situada a las afueras de la ciudad colombiana de Santa Marta.

Que su muerte acaeciera el 17 de diciembre de 1830 en ese lugar del Caribe de Colombia fue de alguna forma casual. Meses antes Bolívar había perdido prácticamente todo su poder oficial y hasta había sido objeto de algún atentado. Así que cansado ya de tantas intrigas decidió abandonar el poder y poner rumbo al Viejo Continente, para lo cual dejó Bogotá y quería llegar al mar para poder zarpar y cruzar el Atlántico.

Primero llegó a Cartagena de Indias, pero ahí su salud comenzó a debilitarse mucho. De forma que su séquito además de parar el viaje decidió buscar un buen médico que le tratara. Y fue en la ciudad donde Santa Marta donde había un doctor de origen francés que le podía tratar. O sea que se fueron hacía allí.

El primer lugar donde se instaló el Libertador fue la antigua Casa de Aduanas en el centro de la ciudad, la cual ahora se encuentra transformada en el Museo del Oro Tayrona. Pero por consejo del doctor se buscó otro alojamiento más tranquilo y rodeado de vegetación. Y el potentado español Joaquín de Mier ofreció su quinta de San Pedro Alejandrino para alojar a Simón Bolívar.

Ahí pasó sus últimos días el político, con altibajos de salud tal y como dejó reflejado en sus escritos el doctor Alejandro Próspero Révérend. Y es precisamente en uno de esos últimos momentos como lo representa Herrera Toro, postrado en la cama, cuando ya se le ha comunicado que le queda muy poco de vida y que sería bueno que dejara por escrito sus últimas voluntades. Un momento que él aprovechó para redactar última proclama patriótica orientada a la creación de una Gran Colombia compuesta por diferentes países sudamericanos que solo se quedó en un sueño.

El caso es que el Libertador falleció en diciembre de 1830 a la temprana edad de los 47 años de tuberculosis, acompañado de sus más fieles seguidores. Y tras su muerte sus restos fueron objeto de una autopsia para después ser trasladados a un sepulcro en el interior de la Catedral de Santa Marta, donde permanecieron durante años, hasta que fueron exhumados para trasladarse a Venezuela, su país natal.