Arte

Odol de Stuart Davis

Publicado por A. Cerra

Odol de Stuart Davis

Al estadounidense Stuart Davis (1892 – 1964) hay que atribuirle el mérito de hacer imágenes propias del Pop Art, cuando esa corriente pictórica de vanguardia ni siquiera se imaginaba. Y para comprobarlo basta con descubrir esta obra de Odol, protagonizada por un producto de higiene personal. Una obra que el artista realizó en 1924 sobre un cartón y con pintura al óleo, la cual en la actualidad cuelga en las paredes Museum of Modern Art de Nueva York, o sea, el MoMA.

El propio Davis dijo sobre sus obras que “tenían su impulso de origen en el ambiente americano contemporáneo”. Y ese momento contemporáneo eran los felices años veinte, una época de desbordante optimismo y alegría, y también de atrevimiento en todo el mundo occidental, pero especialmente en los círculos culturales americanos. Es cierto que en los años 20 había en Europa artistas formalmente muy rompedores, pero seguramente ninguno hubiera osado dedicarle un cuadro a un elixir bucal como Odol, o incluso a un paquete de cigarrillos, como ya había hecho Davis con su obra Lucky Strike de 1921.

Pero el pintor no se queda en una simple representación de esos productos de consumo, también plantea sus inquietudes estéticas, recurriendo por una parte a la apariencia cubista que inspiraba muchos de los diseños gráficos de su tiempo, así como se inspira la monumentalidad y los planos geometrizados que hacía su coetáneo europeo Fernand Leger, a quien por cierto le fascinaba la modernidad de Estados Unidos.

Con esos principios nos presenta el bote de Odol entre las líneas que marcan una caja transparente y el fondo bicolor a base de cuadros en el fondo. Con elementos tan simples logra darle espacialidad a la pintura, simulando que la botella tiene su propio envoltorio, al mismo tiempo que se le da más protagonismo a la rotulación identificativa.

Una rotulación que también incluye un mensaje, no meramente publicitario. Dice: “esto purifica”, lo cual no solo tiene que ver con las cualidades de este elixir de limpieza personal, también está relacionado con la idea de Davis de crear obras positivas y directas, tanto que hasta purifican los errores del pasado.

De hecho, este autor siempre tuvo un poso político en sus obras y muy apegado a su momento histórico. En los años 20, cuando pintó Odol, se dejó imbuir de la alegría y velocidad de su época, hasta de su música, ya que siempre pintaba al ritmo de las improvisaciones de jazz, para exponer elementos de una sociedad consumista y bonanza económica. Pero después con la llegada del Crack del 29 y la Gran Depresión, sus intereses tendieron a cierta socialización, e incluso personalmente promovió programas públicos que acercaran el arte al pueblo llano.