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Peggy de Alice Neel

Publicado por A. Cerra

Peggy de Alice Neel

A la pintora estadounidense Alice Neel (1900 – 1984) siempre se la ha calificado como un retratista, término que a ella no le gustó jamás, ya que consideraba que la palabra retrato acarreaba mucha carga histórica y conceptos como propaganda o adulación, además según su criterio un retrato era algo ya cerrado y llevaba implícita la idea de objeto o de mercancía. Por eso Neel prefería la expresión de realizar “la imagen de otra persona”.

Y eso hizo en innumerables ocasiones, casi siempre con unas características estilísticas próxima al expresionismo y con fuertes colores, herramientas puestas al servicio de representaciones con mucha fuerza emocional y con enorme profundidad psicológica.

Así lo vemos en este retrato de Peggy, realizado en 1949. Una obra de las muchas que hacía captando la imagen de sus vecinos de Nueva York, especialmente del barrio del Harlem Español donde vivía en aquellos años con su pareja. Un hombre puertorriqueño que la acabó abandonando, y es que la vida personal de Alice Neel no fue ni mucho menos un camino de rosas. Vio morir a su primera hija, mientras que la siguiente se la llevó su padre a Cuba, tuvo tentaciones de suicidio, varias parejas, más hijos, y por sus ideas comunistas no contó con el favor de la crítica ni de los galeristas, en definitiva fue todo un personaje al que le llegó el reconocimiento en los últimos años de su vida. Para entonces se había convertido en un verdadero icono del movimiento feminista en Estados Unidos.

Y ello en gran parte fue por obras como esta icónica Peggy. Se trata de una más de las vecinas y niños anónimos de su barrio a los que pintó. Y en esta ocasión es una mujer que ha sufrido en sus carnes la violencia machista imperante en la sociedad de su tiempo. Luce los golpes y las moraduras en su rostro, incluso la postura como desvanecida o los brazos en un giro imposible pueden ser huellas de palizas.

Mientras su cara tiene un gesto de contención y de dolor al mismo tiempo. Se muestra impotente ante lo que tiene que vivir. Aunque sabe que debe continuar, por eso aparece peinada con ese cuidado cabello rizado y luce una llamativa camiseta verde. Trata de estar hermosa, pero transmite sufrimiento. No deja de ser una imagen de denuncia de la violencia.

Una de las muchas que pintó, porque si bien en cuanto a la forma no podemos decir que se trata de una pintora radical, si lo fue respecto a su mensaje. Alice Neel pintó toda su vida a los desfavorecidos, bien fueran sus primeros cuadros vinculados con el antisemitismo y el racismo, o bien los muchos que realizó protagonizados por emigrantes y por mujeres que conformaban los estratos más bajos de las sociedad neoyorquina.