Piedad de Villeneuve-lès-Avignon
Esta tabla es una de las obras maestras de la colección de pintura gótica francesa que atesora el Museo del Louvre de París. Si bien, como nos indica su denominación, la obra es originaria de la Cartuja de Villeneuve-lès-Avignon donde estuvo desde su creación hacia el 1455 hasta el año 1793, momento en el que se sabe que los revolucionarios lo pensaban quemar, al considerar que se trata de un objeto religioso inútil.
Sin embargo, un sacerdote consiguió salvar la obra y llevarla a una parroquia, donde años después la encontraría el propio Degas, que no pudo dejar de admirar la calidad del cuadro.
Un cuadro del que sabernos que su autor pudo ser el pintor Enguerrand Quarton, quién nació hacia el año 1415 y se sabe que estaba vivo en el 1466, si bien se desconoce cuando y donde falleció. Un autor que fue uno de los mejores representantes de la Escuela de Avignon.
En realidad, no es seguro que ese pintor sea el auténtico autor de la tabla, sin embargo se sabe que en el año 1453 recibió el encargo de la Cartuja de Villeneuve-lès-Avignon de pintar un cuadro de la Coronación de la Virgen, el cual ha sido estudiado por los investigadores, y han visto entre ambas obras muchas similitudes formales.
La escena es típicamente medieval representando el momento en el que Cristo es bajado de la cruz y piadosamente lo ven varios personajes del Nuevo Testamento que van a entregar el cuerpo muerto a su madre, la Virgen. Un tema muy dramático tratado por multitud de artistas, en variadas disciplinas y de cualquier procedencia, como puede ser el cuadro El Descendimiento del pintor flamenco Rogier van der Weyden, o la famosa escultura de La Pietá del italiano Miguel Ángel.
También aquí vemos una imagen de hondo dramatismo, si bien con otras características formales como puede ser el potente fondo dorado que nos muestra la herencia de la pintura bizantina en estas tierras del sur de Francia. E incluso hay investigadores que intuyen que en ese fondo se distingue un edificio inspirado en la Basílica de Santa Sofía de Constantinopla.
La escena no solo servía como recreación de un episodio bíblico, también tenía algo aleccionador, y por esa razón vemos a la Virgen en esa actitud que simboliza el dolor y de aceptación del sacrificio que le ha tocado vivir. Ese protagonismo de la Virgen María, todavía se acentúa más al no haber llegado hasta nuestros días la tabla completa, por lo que todo se concentra aún más en este personaje.