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Pieter de Hooch

Publicado por Laura Prieto Fernández

El artista Pieter de Hooch, también conocido como Pieter Hoogh o Pieter Hooghe, es uno de los más famosos artistas del estilo barroco.

Nacido en torno a 1629 en la ciudad de Rotterdam el artista fue el mayor de cinco hermanos, son pocos los datos que se conocen a ciencia cierta sobre su biografía y sus primeros años de formación; algunos autores hablan de que quizás el primer maestro de Hooch fuera el pintor Nicolaes Berchem aunque otros parecen decantarse por la hipótesis de que su formación estuviera ligada con Ludolf de Jongh.. Esta segunda hipótesis parece ser más plausible que la de Berchem puesto que los primeros lienzos del joven artista barroco guardan algunas similitudes con la obra de Jongh.

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De esta primera época son comunes los cuadros de marinas o representaciones de batallas que más que por su contenido temático son un ejercicio de elaboración pictórica en el campo de la luz y el color.

Lo que sí es cierto es que en 1652 el artista se encontraba junto con su ayudante – ya habría obtenido el título de maestro- en la ciudad de Delft. Allí pasó una de sus mejores etapas, trabajó intensamente para un rico comerciante, Justus de la Grange, al que acompañaba en sus sucesivos viajes y según las crónicas y documentos de la época la Grange, llegó a poseer más de once obras firmadas por Hooch.

En la misma ciudad de Delft contrajo matrimonio con la que sería su esposa y madre de sus cinco hijos, Jannetje van der Burch. También por aquel entonces, en 1657, el artista entró a formar parte de la Academia de Pintura de San Lucas de Delft y comenzó a realizar sus conocidísimas escenas costumbristas. Hooch entró en contacto con artistas de la época pero su producción está más encaminada a plasmar el contexto cultural y social en el que se desarrolla las escenas que al intimismo representado por la escuela de Delft.

Desde entonces sus escenas se volvieron aún más domésticas y conmovedoras, las obras representan escenas tranquilas, poses de familias adineradas en las que el artista hace gala de su gran capacidad para representar los distintos espacios y ambientaciones. Utiliza el detallismo y la ambientación lumínica con una habilidad asombrosa que han permitido que Pieter de Hooch se haya convertido en uno de los mejores cronistas de la época barroca. Es común en sus obras encontrar suelos enlosado que nos transportan al fondo con sus líneas de fuga y espacios abiertos que se contraponen en su detallismo con el ascetismo de los interiores.

Con posterioridad el artista se trasladó a Ámsterdam donde su pintura y su salud se deterioraron rápidamente; abandonó el estilo interiorista que había desarrollado en Delft para realizar obras más decorativas pero su calidad se resintió enormemente.

A menudo la figura de Hooch se ha confundido en estos últimos años de su vida con la de su hijo, el también pintor Pieter Pietersz de Hooch. Son escasos los datos que se conocen sobre su vida y obra en esta última etapa, parece ser que diversos problemas mentales hicieron que el artista hubiera de ser ingresado en un manicomio. Hooch murió en la ciudad de Rotterdam en 1684.