Pinturas de Tintoretto en la Escuela de San Roque de Venecia
Tras la desaparición de Tiziano, la pintura veneciana se quedó huérfana de un gran maestro al que todos reverenciaran. Y por semejante galardón compitieron una y otra vez Paolo Veronese y Tintoretto. Ambos magníficos pintores, con obras como La cena en casa de Levi del primero, o el cuadro Susana en el baño del segundo.
No obstante hay que decir que además de grandes maestros, también tenían que ser excelentes comerciales para ofrecer su talento, y en esa faceta es justo decir que Tintoretto era casi tan bueno como a la hora de tomar los pinceles. Por ejemplo, él decía de sí mismo que en “su arte se combinaba el dibujo de Miguel Ángel y el color de Tiziano”. Ni más ni menos. Y no solo era un buen vendedor de su obra por medio de la palabra, también con los hechos, y un buen ejemplo fue la estrategia que siguió para realizar las pinturas murales que hizo durante años en la Scuola de San Rocco de Venecia.
Durante la época del Renacimiento y el posterior Manierismo de la segunda mitad del siglo XVI, en la que trabajó Tintoretto, eran tal la cantidad de artistas italianos, y todos ellos de una calidad excepcional, que los grandes encargos solían salir a concurso. Los ejemplos son cuantiosos, aunque tal vez los más famosos son los que se hicieron en Florencia para la ejecución de la cúpula de Santa María de las Flores y las Puertas del Baptisterio, donde se enfrentaron Brunelleschi y Ghiberti.
Pero como decíamos ese tipo de concursos fue algo habitual. Y uno de ellos fue la convocatoria para pintar la Sala dell’Albergo de la Escuela veneciana de San Roque. Un concurso al que se presentaron varios artistas presentando sus bocetos al óleo. Sin embargo, Tintoretto fue capaz de presentar la pintura que realizaría a tamaño natural y ya acabada. Y no solo eso, sino que dijo que una vez hecha, independientemente de lo que decidiera el tribunal, él donaba su pintura a esa institución.
Obviamente, él fue el ganador del concurso. Pero se puede pensar que no ganó con ello. No obstante la recompensa fue enorme, ya que los rectores de la Escuela de San Rocco quedaron tan impresionados por el trabajo, que inmediatamente le encargaron pintar de forma íntegra el gran Salón de Reuniones o Sala Superiore de la escuela. Una estancia en la que Tintoretto invirtió más de 20 años de faena, al realizar pinturas por todas las paredes y el techo, y por supuesto ganando una considerable cantidad de dinero con ello. Un conjunto pictórico que hoy se considera una de las más grandes creaciones de este autor.