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Retablo de San Vicente de Bernat Martorell

Publicado por A. Cerra

Retablo de San Vicente de Bernat Martorell

Bernat Martorell fue un relevante pintor catalán del siglo XV, con obras tan destacadas como sus Bodas de Cana. Del artista no se sabe exactamente su fecha de nacimiento, si bien se conoce que estuvo activo desde 1427 hasta 1452, año de su muerte. Un periodo en el que gozó de bastante prestigio en Cataluña, donde no le faltaron los encargos.

Muestra de ello es este retablo de San Vicente pintado sobre tabla y que en la actualidad se expone en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona. Si bien originalmente se encontró en una pequeña ermita próxima a la población de Balaguer, aunque los historiadores proponen que se realizaría para el monasterio cisterciense de Poblet, donde una de sus capilla estaba dedicada a este santo. Además de que la ermita donde se halló fue propiedad de dicho monasterio.

Por otra parte sus dimensiones y calidad son propias de una construcción de más enjundia que una simple ermita.

El retablo está completo. En su parte inferior está el banco o predela con escenas de la vida de Jesús separadas por columnas y cobijadas bajo arcos muy decorados, típicos del estilo de Gótico Internacional en el que ponemos circunscribir a Bernat Martorell. Estas cinco escenas son el Prendimiento, Jesús ante Pilatos, la Flagelación, los Improperios y la Vía Dolorosa.

Sobre este banco hay un cuerpo alto cuya tabla central la ocupa la imagen de San Vicente, la cual se rodera por cuatro escenas de su vida y su martirio. Y como remate en lo más alto está la Virgen de la Misericordia que literalmente bajo su manto cobija a San Benito y San Bernardo, santos cistercienses por antonomasia, además de que hay otros personajes de la realeza con lo que se alude a los patronazgos y donaciones que recibía el Císter por parte de la monarquía que gobernaba en la Corona de Aragón.

Sin ir más lejos el monasterio de Poblet había recibido en el siglo XIII la donación del rey Jaime I de un templo a las afueras de la ciudad de Valencia donde se supone que San Vicente fue martirizado. Un martirio tremendamente sangriento tal y como se nos presenta en las tablas, donde se relata gráficamente como San Vicente fue quemado en la parrilla y también fue crucificado en una cruz en forma de aspa. Unas escenas que se nos muestran con bastante realismo y con toda su crudeza, si bien como es habitual en la época, el santo protagonista resiste todos esos sufrimientos de forma bastante estoica, dando ejemplo a los fieles y reforzando el mensaje de que le espera algo mejor en la otra vida.