Retablo del Centenar de la Ploma
Este retablo pertenece al Victoria and Albert Museum de Londres pero originalmente se pintó a comienzos del siglo XV para la iglesia de San Jorge de Valencia, un templo ya desaparecido. Es de unas dimensiones considerables, ya que la obra mide 660 x 550 cms., y fue realizado por los artistas Marçal de Sax (de origen alemán) y Miquel Alcanys, quienes seguro que contaron con la participación de otros pintores locales para crear una de las obras más representativas de la pintura Gótica internacional valenciana.
Dado que se pintó para un templo bajo la advocación de San Jorge, la calle central del retablo nos muestra la lucha de este santo con el dragón. Pero en total son cinco calles. De manera que en el resto se recrean otros temas como la Batalla del Puig que tuvo lugar en 1237 y mediante la cual se logró la conquista de Valencia a los musulmanes. En esta batalla participaron un buen número de ballesteros, de hecho fue la Compañía de ballesteros del Centenar de la Ploma, la milicia ciudadana la que encargó el retablo varios siglos después de aquellos hechos.
Además de la representación de la Batalla del Puig, el retablo también muestra otros momentos históricos y religiosos importantes. Por ejemplo, en una de las calles laterales se puede apreciar la escena de la Anunciación, donde el Arcángel Gabriel le anuncia a la Virgen María que será la madre de Jesús. En otra calle, se muestra la Adoración de los Reyes Magos, un evento muy celebrado en la tradición cristiana.
De hecho además de su valor artístico, como buena muestra de cierto influjo del arte flamenco en el Gótico Internacional realizado en España, para muchos también es un enorme documento histórico que narra cómo el rey Jaime I reconquistó la capital valenciana. Hasta se le ha otorgado el galardón de ser la primera pintura de temática histórica realizada en España.
Si bien con ciertas licencias. Por ejemplo, aquí se viste a San Jorge con el uniforme de la compañía de ballesteros. Algo imposible, de hecho ni siquiera la compañía como tal existía en el siglo XIII cuando la conquista de Valencia. Pero lógicamente, como encargantes de la obra, aparecen sus símbolos en distintos lugares del conjunto. Algo de lo más habitual en este tipo de obras. Sin ir más lejos, el ejemplo más famoso y hermoso sea el Descendimiento de Van der Weyden, que por casualidad también fue un encargo de una compañía de ballesteros, aunque en este caso de Lovaina.
Pero obviamente y sobre todo es un objeto de arte religioso, de ahí el resto de imágenes que lo componen. En la parte más alta está la Coronación del Virgen y Cristo en Majestad. Así como en las numerosas tablas pintadas se descubren a los Cuatro Evangelistas, a los 24 profetas o a los 12 Apóstoles en el guardapolvo. Mientras que la predela, la parte más baja, está compuesta por una decena de escenas que narran la Pasión de Cristo.
El retablo también destaca por su rica ornamentación y detalles minuciosos, que son característicos del estilo gótico internacional. Los artistas utilizaron una variedad de técnicas para lograr un efecto tridimensional y dar profundidad a las figuras y escenas representadas. Además, el uso de colores brillantes y dorados contribuye a la majestuosidad de la obra.
El Retablo de Centenar de la Ploma es, sin duda, una obra maestra de la pintura gótica internacional y un testimonio invaluable de la historia y la religiosidad de la época. Su importancia radica tanto en su valor artístico como en su valor histórico, ya que nos permite entender mejor el contexto en el que fue creado y las circunstancias que llevaron a su encargo y realización.