Retablo de Exaltación de la Santa Cruz de Blesa
Esta joya del arte gótico fue un encargo de la iglesia parroquial de Blesa, en la provincia española de Teruel, a dos reputados pintores de la época en el Reino de Aragón: Miguel Jiménez y Martín Bernat. Ambos con sus respectivos talleres empezaron a trabajar en esta obra en el año 1481, y crearon una de las mejores obras del Gótico aragonés. Un conjunto de pintura al óleo, con mucha luz y color, de gran realismo en las formas y con mucha expresividad. No es extraño que muchos estudiosos vean en ellos la influencia de grandes maestros de la pintura flamenca, especial de Roger Van der Weyden.
La iglesia para la que lo hicieron fue la parroquia de la Santa Cruz, por eso al ser su retablo mayor se dedicó a exaltar precisamente eso: la Santa Cruz. Lo cierto es que el retablo con el paso de los siglos ha ido cambiando de ubicación, de hecho ahora se expone en el Museo de Zaragoza, pero además no siempre ha estado completo. Por ejemplo, hace unos años se localizó una de sus tablas en una colección privada de Estados Unidos. Por ello, tras una efectiva restauración y muchos estudios, en la actualidad el retablo está montado de un modo concreto, pero no se puede asegurar con absoluta seguridad que su disposición original fuera esa.
No obstante, más allá de eso, hay valores de la obra que no escapa nadie. Por ejemplo, el valor documental de la misma. Las distintas escenas están ambientadas en un entorno del Medievo, lo que dada la calidad y detallismo de los artistas es un fabuloso retrato de la moda, la arquitectura o de la decoración del siglo XV.
Todo ello para representar un buen número de tablas repartidas por las distintas partes que componen un retablo. De abajo a arriba, se comienza por el sotobanco. Ahí están imágenes de los profetas, mientas que en el banco tienen lugar los Apóstoles y también una escena de la Anunciación.
Posteriormente están las tablas de la calle central, con las principales escenas que son la Adoración de la Santa Cruz, el Juicio Final y la Crucifixión. Mientras que a izquierda y derecha hay otros temas alusivos como Jesús ante Caifás, Jesús cargando con la Cruz o el Descendimiento (todo en el lateral izquierdo) y la imágenes de Santa Elena, la interrogación al judío, y Elena con el emperador Heraclio a las puertas de Jerusalén (todo en el lateral derecho).
Y por último en el guardapolvos aparecen diversas tablas angelicales.
En definitiva, estamos ante una obra suprema de unos 750 cm de alto, que nos puede parece increíble que se realizara para una pequeña población como Blesa, pero lo cierto es que en esa época de cierta prosperidad, cualquier pueblecito era capaz de invertir grandes sumas de dinero en sus obras religiosas, y de hecho había una competición entre localidades, por lo que el ambiente artístico era de un desarrollo más que destacable.