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Retrato de Duranty según Degas

Publicado por A. Cerra

Retrato de Duranty según Degas

Del pintor impresionista Edgard Degas estamos mucho más acostumbrados a ver sus cuadros llenos de dinamismo con escenas de danza y ballet, o sus sensuales imágenes de desnudos femeninos, e incluso sus obras basadas en espectáculos. Sin embargo no estamos tan habituados a ver sus retratos. Pues aquí va uno, el que realizó en 1879 al crítico de arte Louis Edmond Duranty, y que en la actualidad forma parte de la Colección Burrell de Glasgow, en Escocia.

Duranty fue un importante personaje del mundillo artístico de París, ya que se trataba de uno de los grandes teóricos del movimiento del Realismo, y posteriormente se convirtió en un ferviente defensor del arte impresionista. Por ello no es extraño que llegara a entablar una intensa amistad con Edgard Degas, en la que no faltaron las discusiones sobre arte, sobre colores, dibujo, etc.

Lo cierto es que Degas respetaba mucho su opinión dados sus extensos conocimientos sobre estas materias, y de hecho aquí nos lo presenta como un auténtico sabio al que respeta, ya que gracias a esa inmensa biblioteca que tiene al fondo se puede decir que sabe todo sobre arte.

Esos libros hacen de singular fondo de la imagen, un fondo a base de motivos muy coloridos y variados, y de formas geométricas siguiendo el trazado de rectángulos de orientación vertical que tiene todo esos libros. Es su librería particular dentro del despacho de trabajo. Allí vemos en primer plano al personaje, en actitud pensativa, reflexionando, como si fuera una fotografía que se le ha tomado en un momento concreto. Y es que el encuadre tiene mucho de fotografía, de algo actual y por supuesto nada oficial o académico.

Y por otra parte se traslada el sentimiento de respeto del retratista hacia el retratado, ya que nos lo presenta en su mesa de trabajo, rodeado de papeles que seguramente ha escrito él gracias a la pluma y el tintero que vemos sobre la mesa.

Este retrato de Duranty obra que dentro de la producción pictórica de Degas no solo es singular por la temática, también lo es por su método de trabajo. Aquí usó al mismo tiempo las técnicas de la aguada, el pastel y la acuarela. Y con ello nos construye una escena a base de trazos muy esquemáticos. Trazos que son color y materia. Por ejemplo, los libros y los papeles son rectángulos imprecisos, difuminados unos en otros, pegados no solo físicamente sino también por sus tonos. Por lo tanto, podemos decir que siendo una temática tan ajena a los típicos paisajes que pintan otros coetáneos suyos como Pissarro, Monet o Renoir, este repertorio multicolor es un maravilloso ensayo de pintura impresionista.