Retrato de Harriet Greer de Romney
En esta obra su autor, el inglés Georges Romney (1734 – 1802), nos presenta a una mujer común, un tanto mundana, pese a que este pintor realizó en muchas otras ocasiones retratos de corte bastante más oficialista a personajes de las clases más elevadas de su tiempo.
Sin embargo, en este cuadro conservado en el museo del Ermitage de San Petersburgo, en Rusia, nos muestra el retrato, de poco más que el busto, de una señora en la que no busca plasmar una caracterización profunda ni multifacética, aunque sí que queda dejar patente la gracia y la belleza que posee la retratada.
Por una vez, Romney abandona algunos de los preceptos de la retratística más oficial, y pinta una obra que irradia lozanía y naturalidad, algo a lo que sin duda ayuda la composición de la obra, en la que domina la asimetría, ya que la mujer ocupa gran parte de la mitad izquierda de la imagen, dejando la otra mitad prácticamente vacía con un fondo neutro.
Y también colabora en la transmisión de esas sensaciones su pincelada ligera y bastante amplia. Con esos toques de pincel suelto, el pintor reproduce los mechones del peinado en boga en aquellos años, así como también los usa para pintar el tejido traslúcido del vestido sobre el pecho o igualmente se aprecia en las plumas que adornan el enorme sombrero.
Y en cuanto a los colores utilizados, es interesante ver como los tonos oscuros de las grandes alas de la pamela y el color negro del vestido hacen que destaque mucho más la claridad del rostro y la belleza de la mujer, hacia la cual queda atraída la mirada del espectador, especialmente hacia la mirada fija que nos dirige la tal Harriet Greer.
Georges Romney fue un excelente retratista de la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XVIII. Pintó tanto a hombres como a mujeres, si bien posiblemente sus mejores obras sean en las representó a señoras. Especialmente en muchos de los retratos que le hizo a su gran amor: Lady Hamilton. Una mujer que llegó a compartir con el Almirante Nelson, todo un héroe de la Armada Británica y famoso por la célebre Batalla de Trafalgar. El caso es que Romney sufrió mucho por esta mujer. Algo muy típico de su tiempo, la época romántica, con cuya concepción de la vida cuadraba a la perfección el carácter de Romney, ya que incluso pasó por fases de verdadera locura de amor.
Eso se manifiesta en su estilo, pero al mismo tiempo Georges Romney fue un pintor no sólo influido por la estética romántica. También era un gran apasionado del arte italiano, sobre todo de la escultura clásica y de la pintura originada en la ciudad de Bolonia. Por ello, en cuadros como éste del Retrato de Harriet Greer se puede ver como se preocupaba mucho por dotar a su pintura de unas formas muy volumétricas y rotundas.