Retrato de Levinus Memmiger de Wolgemut
Se trata de un pequeño lienzo (33 x 22 cm) pintado al óleo por el artista alemán Michael Wolgemut hacia el año 1485, es decir se trata de una obra del Gótico Tardío, que en la actualidad forma parte de la colección de pintura medieval del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
El retratado, Levinus Memmiger, era un juez de la ciudad de Nuremberg, para la que también encargó el altar de Santa Catalina de la iglesia de San Lorenzo de esa misma ciudad y donde también sale retratado, gracias a lo cual es posible identificarlo. Pese a su juventud, se sabe que este personaje en 1490 pertenecía al Gran Consejo de la urbe, y que fue un importante protector del desarrollo artístico hasta su temprana muerte en 1493.
Wolgemut hace de él un retrato en el que podemos ver una imagen severa, pero curiosamente ese tono de efigie muy oficial se contrapone con unos fondos muy variados y ricos.
Michel Wolgemut vendría a ser un destacado representante del arte gótico alemán de bien avanzado el siglo XV, y además siempre ha de ser nombrado ya que fue el maestro de Alberto Durero entre el 1486 y el 1490. De hecho el gran pintor del Renacimiento alemán, aprendió especialmente de Wolgemut las técnicas de grabado, ya que fue un reputado grabador y también creador de retablos en su tiempo.
Este tipo de composición en el retrato es muy habitual en sus obras, donde por regla general las figuras están construidas a partir de un importante dibujo, o sea sus figuras se basan en la línea, lo que les concede una apariencia bastante austera. Y sin embargo, el pintor tenía una capacidad innata para un repertorio más colorista, que como en este caso suele aparecer en los fondos de sus obras.
En esta imagen nos coloca al protagonista sentado ante una ventana se supone que de su vivienda, desde la cual vemos un paisaje bastante profundo, en una perspectiva menos avanzada de lo que por esos años se estaba haciendo en la pintura renacentista italiana. Mientras que en la parte izquierda, Wolgemut se ha explayado en pintar un tapiz, algo muy propio de la tradición del norte y el centro de Europa, en el que se incluye el propio escudo de armas de Memminger y las iniciales de su nombre.
Además de su habilidad para el grabado, Wolgemut también era conocido por su destreza en la pintura de miniaturas, una técnica que requiere una gran precisión y atención al detalle. A lo largo de su carrera, produjo numerosas miniaturas para libros, una práctica común en la época. Estas miniaturas a menudo presentaban escenas religiosas o mitológicas, y se caracterizaban por su riqueza de color y su detallismo.
En cuanto a la técnica de pintura utilizada en el retrato de Levinus Memminger, Wolgemut empleó una combinación de óleo y temple. El uso de óleo permitió al artista crear una textura suave y una apariencia realista en la piel del retratado. Por otro lado, el temple, una técnica que implica la mezcla de pigmentos con un medio acuoso, permitió a Wolgemut lograr una gran precisión en los detalles y una rica variedad de tonos.
En el retrato, se puede apreciar la habilidad de Wolgemut para capturar la personalidad y el carácter de su sujeto. A pesar de la juventud de Memminger, el pintor logra transmitir una sensación de autoridad y seriedad, acorde con su posición como juez. A la vez, la inclusión del paisaje y el tapiz en el fondo añaden una dimensión adicional a la obra, proporcionando un contexto para el retratado y reflejando su estatus social.
En última instancia, el retrato de Levinus Memminger es un ejemplo destacado de la habilidad de Wolgemut para combinar la precisión del dibujo con la riqueza del color y la textura, creando una obra que es a la vez realista y estilísticamente distintiva.