Trituradora de chocolate 2 de Duchamp
Para comprobar la peculiaridad del arte de Marcel Duchamp basta con comprobar los materiales con que realizó esta obra, ya que se trata de una tela cuya imagen la elaboró con óleo pero también con hilo. En la actualidad la obra se conserva en Museo de Arte de Philadelphia en Estados Unidos.
Ésta concretamente la realizó en 1914, pero en el año anterior ya había realizado otro cuadro con el mismo motivo, y se conserva en el mismo museo, por lo que es fácil establecer los paralelismos y diferencias entre ambas obras. Unas diferencias que sobre todo se basan en que en la primera representación de este molino de chocolate usa una perspectiva más tradicional y que incluso aparecen las sombras de este artilugio, mientras que en la imagen que vemos aquí las sombras ya han desparecido por completo.
Se cuenta que Duchamp vio este aparato en el escaparate de una tienda de bombones, donde se usaba para triturar el cacao que finalmente se convierte en chocolate. Primeramente pintó la máquina con muchos detalles y matices, para finalmente realizar esta Trituradora de chocolate 2 con un dibujo muy filiforme y renunciando a cualquier tipo de claroscuro a la hora de plasmar sus colores.
El resultado es un objeto frío y muy preciso, propio de un arte muy seco, y un buen ejemplo de objetos de uso ready-mades. Los ready-mades son objetos tomados tal y como son y usados de forma corriente, o con alguna pequeña alteración para transformar su significado originario.
Ha de ser el espectador el que tiene que refinar el objeto artístico que le es presentado en un estado bruto. De esta forma el observador del cuadro se acaba convirtiendo también en actor protagonista del mismo. Él ha de ser quién lo descifre y le confiera el significado más apropiado, para lo cual Duchamp siempre le ayuda con toques de sutil ironía.
Eso en cuanto al significado, y en cuanto a la forma y el estilo, hay que decir que con esta obra el artista está acentuando su ruptura con corrientes contemporáneas como el Cubismo o el Futurismo, de las que había bebido con anterioridad. Está olvidándose de los rígidos esquemas basados únicamente en la geometría, y va a la búsqueda de un mayor dinamismo en su arte. Algo que aquí lo intenta plasmar con un muy elevado punto de vista que elige para representar la máquina. Un artilugio cuya función se basa en el movimiento, algo que nos imaginamos con la representación casi abstracta y las calidades físicas que aporta al objeto. Incluso el propio Duchamp dijo a propósito de esta obra: